Despidos masivos, incremento de la informalidad, jóvenes y adultos que migraron al extranjero para acceder a un empleo, el cierre de pequeñas y medianas empresas, sin contar con el alto endeudamiento de las empresas que lucharon durante la pandemia para no cerrar y los paraguayos que contrajeron deudas por no poder realizar sus pagos es el escenario laboral que han dejado los cuatro años y medio de gestión del gobierno de Mario Abdo, que aparentemente se olvidó de los trabajadores.

La alta tasa de desempleo en nuestro país se ha convertido, sin duda alguna, en una problemática más arraigada en los últimos años, si bien el Paraguay, al igual que todo el mundo, se vio fuertemente afectado por la pandemia por más de dos años, se destaca que desde el Gobierno, como fue el caso de otros países, no se buscó ningún tipo de estrategia alternativa para que el número de desempleados no se dispare de forma imparable.

“El Gobierno se aplazó en materia de empleos en estos últimos cinco años, el Paraguay históricamente, si miramos los últimos cuatro períodos de gobierno, nuestra tasa de desempleo tuvo picos de 5 y 5,5 hasta ahí y solo este año, en el primer semestre, tuvimos 8,5 de tasa de desempleo, la segunda tasa de desempleo más alta de la región”, sentenció el especialista en empleo Enrique López Arce en conversación con La Nación/Nación Media.

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Por parte del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS), que debería actuar en la implementación de maniobras que hagan más llevaderas las situaciones de extremo desempleo, en los últimos años tampoco se ha involucrado de manera activa, por el contrario, ha sido blanco de todo tipo de denuncias por la carencia de liderazgo en que se encuentra la institución, ya que a la titular del MTESS, Carla Bacigalupo, se la ve más preocupada por cuestiones proselitistas.

Sobre esta situación, López Arce indicó: “No hubo personas capacitadas en los cargos y mucho menos una buena voluntad para la gestión, y eso se refleja cuando los informes no muestran cuántos paraguayos y empresas fueron ayudadas por el ente”, con esto se desmiente por completo la excusa que ha utilizado el Ejecutivo de la crisis por la pandemia, porque ni antes ni después se puede ver un trabajo activo de las autoridades para generar opciones en materia de empleo.

En cuanto a la ola de despidos injustificados y persecuciones políticas que se dieron en su gran mayoría en estamentos públicos en contra de trabajadores que no compartían las ideologías, también salpicó al Ministerio de Trabajo, que si bien no puede intervenir directamente en los reclamos, la falta de una postura que al menos respalde la necesidad y la importancia de los puestos de trabajo también indignó a los funcionarios.

Informes internacionales

Los organismos inter­nacionales de las Naciones Unidas (ONU), como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organi­zación Internacional del Trabajo (OIT), instan a los países a impulsar políticas públicas que dinamicen los mercados laborales de la región para la creación de empleos de calidad.

Las conclusiones de ambos organismos también señalan que además de enfrentar los difíciles retos que impone la actual coyuntura del mercado laboral, las economías de la región tienen ante sí el desafío de revertir el bajo crecimiento de la productividad y de la inver­sión que se observa desde la cri­sis de la deuda.

Es por ello que para revertir dicha situación y estimular la creación de más empleos formales bien remu­nerados, es necesario elevar el nivel de ambición de las políti­cas de desarrollo productivo, sumando nuevos enfoques sobre la manera de lograrlo y nuevas realidades asociadas con la revolución tecnológica.

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