La excoordinadora general de Establecimientos Penitenciarios de Mujeres Ana Dina Coronel había expuesto que otorgó al exministro de Justicia Édgar Olmedo diversos datos referentes al paradero de los secuestrados por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), Óscar Denis y Félix Urbieta, pero pese a ello las informaciones fueron ignoradas por el exsecretario de Estado.
Al respecto, el senador Fernando Silva Facetti manifestó que resulta sumamente grave que el exministro de Justicia haya ignorado datos relevantes que provenían de la coordinadora de un penal y hacían referencia a la situación en la cual podrían encontrarse los secuestrados por la agrupación criminal.
“Resulta grave porque uno de los principales centros de recolección de información son los penales. Si una autoridad, como la directora o el ministro, maneja algunos datos de relevancia nacional como el paradero de los secuestrados por el EPP, no es cuestión del nivel de discernimiento de esa autoridad decidir si es importante o no. Están obligados a pasar la información al órgano competente, que es la Fiscalía”, sentenció el parlamentario.
Al respecto, puntualizó que no correspondía al exministro Olmedo desechar los datos por que no sabía a qué fuente era atribuida la información, como se había excusado, pues esa labor es netamente responsabilidad del Ministerio Público. Silva Facetti destacó que la Fiscalía debía llevar a cabo las diligencias correspondientes para concluir si los datos proveídos son falsos o veraces.
La obligación jerárquica
“La Fiscalía es el órgano que cuida a la sociedad, la representa y cuenta con las capacidades y el presupuesto para iniciar una investigación pertinente sobre el tema. Los funcionarios de Justicia estaban obligados a llevar las informaciones hasta el Ministerio Público, más aún teniendo en cuenta la cartera a la cual pertenecen”, subrayó el senador.
Por otra parte, cuestionó la absoluta libertad con la cual se mueve Carmen Villalba en el Buen Pastor, lo cual quedó vergonzosamente expuesta, a decir de Silva Facetti, cuando se observó la manera en la cual la presidiaria pareciera arrear a las demás reclusas para anteponerse a las autoridades penitenciarias.