Tanto víctimas de secuestro como familiares de secuestrados sentaron posturas muy sólidas, repudiando la posibilidad dada a Carmen Villalba, condenada a cumplir reclusión por secuestro, de despedirse de los restos de su hermano Osvaldo Villalba, uno de los líderes del grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo en el que ambos militaban.
El gesto de que responsables de secuestros en nuestro país puedan acceder sin mayores complicaciones a este tipo de hechos levantó todo tipo de especulaciones como las hechas por Hans Lindstron, sobrino de una de las víctimas del EPP. “Eso que pasó ayer no pudo haber sido ejecutado sin apoyo político”, aseguró durante una entrevista en la 780 AM.
“Demasiadas explicaciones tienen que dar, desde el presidente. Una orden para que entre un ataúd a una penitenciaría, mínimamente tiene que venir de un ministro o de un senador”, remarcó Lindstron al cuestionar la facilidad con la que se dieron las cosas y más aún sabiendo que existía un protocolo asignado que no fue respetado.
Lindstron repudió también desde su cuenta personal de Twitter lo que significaba para las familias de secuestrados este tipo de actuaciones por parte de las autoridades del Gobierno, que deberían dar, primero, respuestas de los paraderos de los actuales secuestrados.
Como familiar de una víctima de secuestro en nuestro país, Lindstron también cuestionó la seguridad tan baja con la que se actuó teniendo en cuenta de las personas de quienes se trataban y comentó que en el ataúd inclusive podría haber ingresado una bomba y que nadie previó una mínima verificación.
“Osvaldo Villalba tiene un prontuario importante en ese ámbito del terrorismo y no van a poder conseguir uno de la misma talla. Están debilitados, eso nos da una esperanza”, aseguró Lindstron al tiempo de confiar en que el grupo criminal tiene el tiempo contado.
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