Tras la muerte del director de Abc Color, el 14 de julio de 2018, las herederas apuraron la sucesión de la millonaria fortuna que dejó el empresario, publica HOY.COM.PY. Aparte de su conglomerado de medios de comunicación, Aldo “Acero” Zuccolillo era propietario de muchas otras empresas.

Un hombre identificado como Julio Duarte fue el primero que salió públicamente a decir que era hijo del empresario e incluso había señalado que iba a recurrir a la justicia para demostrarlo; del caso no se supo más nada. Tal vez el apuro de las herederas se debía a que existirían otras personas que alegan ser hijos extramatrimoniales de Acero.

El otro caso es el de René Villar, quien es hijo de Aldo Zuccolillo. Si bien nunca lo reconoció como tal en forma legal, tampoco lo ocultó. El joven nunca fue bien recibido por las hijas del exdirector de Abc e incluso se rumoreaba que el “perdón” para Aldo se dio a cambio de que nunca le diera el apellido Zuccolillo.

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El juez en lo Civil y Comercial de Asunción Hugo Garcete es quien tiene el expediente de la sucesión de los bienes del empresario Zuccolillo y confirmó que las personas que se presentaron a reclamar los bienes fueron su viuda Graciela Pappalardo y sus hijas Natalia, María Adelaida y Andrea Zuccolillo Pappalardo. Hasta la fecha, ninguna otra persona pidió ser incluida en la sucesión.

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Los herederos y el hijo no reconocido. Foto: Archivo.

Acuerdo con madre de René

El único hijo no reconocido legalmente, pero sí emocionalmente por Acero, es René Villar, de 31 años, a quien siempre Aldo lo mantuvo en las sombras. Cuando falleció el director de Abc, fue el mismo joven quien utilizó sus redes sociales para escribir una carta en la que le agradecía a su padre todo lo que le dio en vida y le dijo “gracias por todo, papito”. Este tipo de exposiciones públicas era lo que las tres hijas de Aldo no querían tener, señalan los que conocen a la familia. A la que más le molestaba esto era a Natalia, la mimada de Zuccolillo.

Las hijas de Zuccolillo no querían que René tenga el apellido de su padre, tal vez por celos o avaricia, para que nunca pueda heredar los millones de dólares que dejó el empresario al fallecer. Las razones solo ellas pueden corroborar, pero que siempre excluyeron al joven es sabido por el entorno.

Según los rumores, Aldo Zuccolillo llegó a un acuerdo con la madre de René y le había prometido un millonario monto de dinero, aparte de una mensualidad e inmuebles entre los que estaría una quinta en el departamento de Cordillera, que pasarían a su nombre una vez que él muera.

Esto para que nunca se presenten a reclamar la herencia que “les dejaría a su esposa y sus tres hijas”. Esa herencia se cree que superaría ampliamente los mil millones de dólares, ya que es sabido que, aparte de Abc, la familia Zuccolillo es propietaria del Banco Atlas, Inmobiliaria del Este, Consultora Atlas, Imprenta Mercurio, Shopping Mariscal López y otras empresas más.

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René Villar, junto con su madre y su padre. Foto: Archivo.

Apoyo económico

Todo bien documentado por escribanía, el hábil Aldo habría blindado la posibilidad de que Villar tras su muerte se presentara a reclamar una tajada de sus bienes y se desate una disputa legal. Tampoco el joven –tras la muerte de su padre– salió corriendo a los tribunales a pretender manotear los bienes de sus hermanas, lo que hace suponer que los rumores de arreglos previos eran verdad. La madre de Villar es dueña de la empresa Masapan, que en los últimos años tuvo un buen crecimiento y se expandió.

También se rumoreaba que esa firma fue construida con apoyo económico de Acero, quien mantenía una excelente relación con su hijo y la madre del mismo. Cotidianamente el Dire, como le decían a Zuccolillo, iba a la casa de la familia Villar a compartir por horas.

También acompañaba a su hijo en algunos actos públicos. Esa situación no era aprobada por las hijas, pero ya había otro arreglo no escrito entre los Zuccolillo y ese trago amargo se lo tomaban sin poner cara fea. De esta manera, Aldo Zuccolillo blindó su millonaria fortuna solo para su viuda e hijas, dejando fuera a los avivados que quieran hacerse pasar por hijos “okára”.

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