Haciendo un análisis del alcance y el impacto del estudio del Presupuesto General de la Nación (PGN) 2023, el exsenador y exministro de Relaciones Exteriores Miguel Abdón “Tito” Saguier manifestó que la falta de rigurosidad económica podría generar impactos negativos en la próxima administración pública. Así, advirtió que el nuevo gobierno del 2023 podría encontrarse con un panorama económico peligroso si no se toman las medidas correspondientes.
“Estamos en una situación sumamente riesgosa como consecuencia de la pandemia y por el desarreglo de las cuestiones financieras desde el punto de vista del Estado porque las autoridades se inclinan más a hacer concesiones a los reclamos de los dirigentes de base, quienes encabezan el trabajo electoral en el pueblo”, determinó Saguier en contacto con la 780 AM.
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Al respecto, destacó que el escenario podría ser verdaderamente peligroso para el gobierno que asuma en agosto del 2023. Reconoció que si bien se registraron hechos impredecibles como la pandemia, en lugar de que eso estimule a llevar a cabo una política financiera rigurosa, encaminó hacia una política que solo buscó sacar provecho de situaciones críticas, desarrollando acciones oportunistas y permitiendo a la corrupción operar sobre el panorama dramático de la pandemia.
Manifestó que no se avizoran factores alentadores, teniendo en cuenta cada uno de los factores mencionados. Alegó que la disciplina financiera, tanto en política presupuestaria como la tributaria, es fundamental tomando como base la generación de grandes dosis de racionalidad y patriotismo para no perseguir únicamente objetivos electoralistas coyunturales que podrían acarrear consecuencias muy serias.
Sobre la imagen del país
Para el precandidato, la imagen del país solo empezará a cambiar si se asume una lucha frontal contra la corrupción, teniendo en cuenta que la mencionada falencia es un fenómeno transversal a diversas cuestiones de la sociedad como la educación, la salud y la infraestructura.
“Cualquier programa de gobierno va a fracasar si no se toma como un elemento a combatir seriamente la corrupción, reiterando que la misma es perpendicular a todo lo demás. Un Estado copado por corruptos no responde a intereses colectivos, sino a bandas políticas que no tienen estímulos, haciendo prevalecer el interés particular sobre el general”, sentenció.