Este miércoles 12 de octubre se cumplen 6 años del secuestro de Félix Urbieta en Concepción por parte del grupo criminal autodenominado Ejército del Mariscal López (EML), y la familia clama por información sobre el paradero del mismo, y si ya no está con vida, pide que los secuestradores den información de dónde se encuentran sus restos para darle una cristiana sepultura. Liliana Urbieta, hija del señor Félix, fue la vocera de la conferencia de prensa que se desarrolló en la mañana de este miércoles, informó el corresponsal de Nación Media Ángel Flecha.
“A seis años del secuestro de papá, cuesta hilar las palabras cuando los sentimientos y las emociones tenemos atoradas en la garganta, el corazón palpita y el alma la tenemos destrozada, van seis años que se repiten los mismos sentimientos de angustia y desespero, cada 12 de octubre nos recuerda el momento en que nos fue arrebatado”, dijo la hija del ganadero secuestrado.
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Urbieta siguió diciendo en el comunicado en nombre de toda la familia que son “seis años de lucha, seis años de soledad, seis años de llanto y de dolor, que nunca cesó, tuvimos que aprender a convivir con la duda y sin saber qué pasó de nuestro padre, van seis años donde todas las mañanas nos preguntamos: ¿papá donde estarás?”.
Igualmente, recordó que habilitaron canales de comunicación para que los secuestradores puedan dar información sobre el paradero del padre, ya sea vivo o muerto, que son la página de Facebook y el número telefónico 0971 829113. En este sentido, dijo que garantizan la reserva en la información y agregó además que realizaron varias actividades pidiendo noticias de Urbieta, entre caminatas, oraciones, comunicados, manifestaciones, incluso se dirigieron al EPP, ACA-EP, EML, pero hasta ahora no encuentran respuestas.
“Lo que más nos duele es que ni siquiera los secuestradores tuvieron sangre en la cara para por lo menos dar una salida u ofrecer una salida al paradero de papá, como sí lo hizo el EPP en los casos de Edelio Morínigo y Óscar Denis. No entendemos por qué, no entendemos el porqué de tanto silencio habiendo tantas formas de dejar un panfleto, algún comunicado, por lo menos si ya no está vivo, ya no queremos castigo para ustedes, sino necesitamos paz en nuestros corazones, por favor, pedimos alguna noticia sobre nuestro padre”, señala el comunicado leído por Liliana Urbieta.
La última comunicación
Posteriormente, Urbieta habló con los medios de comunicación y contó cuándo fue la última comunicación sobre su padre, que se dio hace 5 años atrás y a partir de ahí ya no tuvieron informaciones. Manifestó que la comunicación fue a través de una carta que fue dejada en la casa de un conocido de la familia, con las instrucciones que sea entregada a la familia, y que, en todas las comunicaciones, que fueron 7 u 8 entre cartas, videos y manuscritos de Urbieta, se dieron indicios de que el mismo seguía con vida.
“Fue en febrero del 2017, esa fue la última comunicación que ellos nos han enviado porque la comunicación que nosotros podamos recibir depende totalmente de ellos, ellos saben cómo, cuándo, dónde dejar esas comunicaciones para que puedan llegar a nuestras manos”, indicó.
En la última carta, los secuestradores pidieron que se cumpla con los pedidos para liberar a Urbieta, pero la hija del secuestrado lamentó que en ese momento fallaron, ya que, según contó, recurrieron a Jarvis Jimenes Pavao para solicitarle un préstamo para pagar el monto que exigencia el grupo criminal, pero eso nunca se dio.
“Nosotros le fallamos al grupo debido a la confianza que depositamos en Pavao, porque él se comprometió prestarnos un monto que nos faltaba para completar el monto total que el grupo nos requería para el pago. Nosotros nos comprometimos porque llegamos a un acuerdo con el señor Pavao, cuando eso la doctora Laura Casuso (abogada de Pavao) acudió hasta mi domicilio para coordinar bien el trabajo”, detalló.
Finalmente, contó que la abogada de Pavao nunca llegó con el dinero prometido que era de G. 800 millones, y no se pudo realizar el pago exigido por el grupo criminal. A partir de allí los miembros del EML terminaron con las comunicaciones con la familia, que no pierde la esperanza de hallar a su padre.
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