El senador Enrique Riera se refirió sobre el caso de persecución política que sufre un médico en la zona de Santa Rita, afirmando que es el claro ejemplo de la falta de compromiso social del oficialismo con la ciudadanía. “Esto es la prueba de la intolerancia política y la miopía porque cuando le echás a alguien no solo perjudicás al afectado, sino también a toda una familia que depende de él”, criticó el senador en contacto con la 650 AM.

Recordó que a pedido del movimiento Honor Colorado, del cual pertenece, abrió una oficina para recibir todo tipo de denuncias referentes a persecuciones políticas, donde no solo se hacen eco de la injusticia cometida, sino también brindan asesoría legal y el acompañamiento necesario para llevar a cabo la denuncia correspondiente.

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“Algo con lo cual se compromete Santiago Peña es justamente revisar caso por caso la situación de aquellos que fueron desvinculados de su puesto de trabajo por su línea política y serán repuestos. Yo soy hijo de un perseguido político y por principio no voy a permitir la repetición de eso; hoy la lista con la cual cuento llega a 200 y aún faltan 80 días y espero que no continúe, pero como dice Santi, esto tiene fecha de vencimiento: el 18 de diciembre”, aseguró.

De este modo, puntualizó que si bien la dirigencia oficialista se encuentra desarrollando todas las artimañas posibles para generar la mayor cantidad de adherencia, el éxito en las próximas elecciones dependerá de la manera en la cual se trabaje con las bases políticas, pues las persecuciones generarán un efecto contrario al que espera el oficialismo.

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El parlamentario afirmó que la gente ya no compra espejos porque sabe que la mayoría de los proyectos que quiere adjudicarse el oficialismo se iniciaron en el gobierno anterior. Al respecto, dijo que se observa esa incredulidad de la ciudadanía hacia las posiciones del oficialismo, pues en más de un departamento el proyecto de Honor Colorado carga con un grado de aceptación total.

“Yo lo veo a Santiago Peña con mucha expectativa y esperanza, en Ñeembucú por ejemplo eso se nota en demasía, con diferencias en votos que se acercan a los 50 puntos”, aseveró Riera, dejando entrever el hartazgo y la desconfianza de la ciudadanía hacia el oficialismo, sin ánimos de seguir en el continuismo.

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