El presidente de la República y candidato a la titularidad de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana (ANR), Mario Abdo Benítez, en el cuarto año de su mandato ya se encuentra padeciendo el síndrome del pato cojo con un debilitado gobierno sumergido en críticas diarias y una imagen política deteriorada.
La impopularidad del mandatario se refleja de manera constante durante sus jornadas de gobierno, días atrás en la ciudad de Salto del Guairá, departamento de Canindeyú, el mandatario, junto con el presidente de Petróleos Paraguayos (Petropar) y aspirante a gobernador de Cordillera, Denis Lichi, habilitó en la zona una nueva estación de servicios, pero con nula presencia ciudadana.
De acuerdo a las imágenes difundidas del acto, participaron poco más de 35 personas, en su mayoría funcionarios de la estatal, de la Presidencia y periodistas que cubrieron el acto. Los indicios del debilitamiento de la gestión del colorado surgen a raíz de la ingobernabilidad, la falta de acciones ante la crisis económica y la ola de inseguridad con altas cifras de asaltos y sicariatos, como lo acontecido el pasado martes en la localidad de Pedro Juan Caballero, departamento de Amambay, con el asesinato del periodista Humberto Coronel.
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Al denominado síndrome del pato cojo contribuyó la adelantada campaña proselitista que comenzó el oficialismo con miras a las elecciones internas partidarias previstas para el 18 de diciembre, situación que terminó por incrementar aún más el rechazo de la ciudadanía al cuestionar que el jefe de Estado y el segundo del Poder Ejecutivo, Hugo Velázquez, en ese entonces precandidato a jefe de Estado, hayan centrado su tiempo en atacar a sus adversarios políticos utilizando las instituciones del Estado con el fin de posicionar el proyecto de gobierno del oficialismo.
En el mes de junio, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) había presentado su encuesta de opinión respecto a la situación económica y social en el Paraguay, basada en el muestreo realizado a más de 2.000 paraguayos.
Los datos obtenidos entre el 16 de mayo y el 9 de junio del 2022, en 14 de los 17 departamentos del país, demostraron que la consideración hacia el gobierno de Abdo cae en picada y tal derrumbe se basa en que los ciudadanos creen que fracasó en sus políticas contra la corrupción, el manejo económico y el abordaje en tiempos de pandemia por el COVID-19.
En el estudio realizado se observa que Abdo Benítez contaba con el rechazo del 66% de los ciudadanos, lejos de la autocalificación de “el mejor presidente de la pandemia”. “Se observa un marcado deterioro del presidente Mario Abdo, tanto en términos personales –12% de imagen positiva–, como también en la evaluación de su gestión, la cual registra una desaprobación del 83% en términos generales y niveles de reprobación aún mayores en torno a su gestión de la economía (86%) y de la lucha contra la corrupción (91%)”, señala el informe.
Por otra parte, también la encuesta refleja la “dificultad para pagar gastos relacionados con la vivienda (64%) y el endeudamiento para cubrir gastos (60%)”, y mencionaba que un total de 55% de los paraguayos piensa que “se debería otorgar una ayuda económica por parte del Estado por hijos para mejorar la situación económica de las familias más vulnerables”.
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