Varios dirigentes políticos del movimiento Fuerza Republicana de la localidad de Coronel Oviedo, en el departamento de Caaguazú, fueron víctimas de la inseguridad del gobierno del mandatario Mario Abdo Benítez, tras acudir a una reunión política de la dupla conformada por Arnoldo Wiens y Juan Manuel Brunetti, en el marco de las campañas internas del 18 de diciembre.
Grande fue la sorpresa de los presentes cuando al finalizar de escuchar los discursos electoralistas, de lucha entre clases sociales y ataques contra los referentes del movimiento Honor Colorado por parte del expastor evangélico y exministro de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), se vieron obligados a acudir a la comisaría más cercana de la zona a formular sus denuncias tras ser perjudicados por delincuentes que violentaron sus rodados para ejecutar robos.
De esta manera, el acto del precandidato oficialista fue golpeado por la ola de inseguridad, un “pan diario” para la ciudadanía con la administración de su fiel amigo Abdo Benítez. Esta problematica llegó incluso a ser considerada por referentes del gobierno como “una percepción ciudadana” que terminó por trepar durante la gestión de Arnaldo Giuzzio, exministro del Interior, destituido del cargo en febrero pasado por presuntos vínculos con el narcotraficante brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua.
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El pasado mes de julio durante su informe presidencial ante el Congreso Nacional, Abdo Benítez, había pintado un país de maravillas al olvidar por completo la terrible inseguridad que vive el Paraguay, con la presencia de motochorros y sicarios en las calles.
Mientras Abdo Benítez presentaba una realidad paralela, el encargado de la seguridad interna, Federico González, reconoció que preocupa mucho el elevado índice de criminalidad y por sobre todo la mayor presencia de jóvenes delincuentes.
Al respecto el alto funcionario de Estado, mediante una entrevista realizada por el canal Trece había relatado que a mayoría de los delitos son cometidos por gente joven de entre 14 y 25 años. De los cuales el 80% están en drogas y el 82% son reincidentes.