Por la siesta del pasado 20 de agosto, una turba de unas 50 personas, varias de ellas encapuchadas, irrumpieron una propiedad privada en Itakyry, distrito de Alto Paraná, donde causaron destrozos, quemaron un tractor e hirieron a miembros de la familia Torras.

Este martes, Lucía Torras Romero, hija de los propietarios víctimas de la zona invadida, formó parte de la comitiva que fue convocada por la senadora Georgia Arrúa para explicar los alcances del conflicto y buscar una solución junto a otros legisladores. Visiblemente acongojada, la joven lamentó la situación y contó que sus padres se encuentran ante un cuadro depresivo. Criticó que las instituciones responsables no se hagan cargo y exigió al gobierno que brinde soluciones.

“Me cuesta estar acá, me cuesta hablar porque estoy en representación de mis padres, ellos ya entraron en un espiral depresivo y eso es muy triste, nosotros lo único que queremos es que el Estado nos de garantías. ¿Qué iba a pasar si la historia era otra y hoy teníamos que estar lamentando la vida de mis padres? Pregunto angustiada. ¿Ahí se iban a mover las instituciones?”, cuestionó la joven.

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Durante su alocución dijo que es injusto que aparentemente se espere a perder una vida para recibir respuestas de las instituciones que deberían actuar. Asimismo reprochó la manera en que se procedió con los indígenas que atacaron los inmuebles.

“Es muy fácil acomodar a esa gente provisoriamente en ese lugar mientras que mis padres están cada vez más enfermos. Tengo un hermano menor, está traumado, no puede más escuchar los videos, las noticias, tiene ataques de pánico, llora de la nada y es muy triste que las autoridades le tengan así a esa gente y nos trate a nosotros como gente que hace mal”, manifestó.

Una vida honrada

Lucía habló de la formación que recibió de sus padres, dijo que con su familia llevaron siempre una vida honrada y basada en el trabajo honesto y que enfrentarse a este tipo de situaciones es inmerecido.

“Mis padres me enseñaron que el trabajo no mata y que no es deshonra y siempre me enseñaron a trabajar y cumplir con los deberes del ciudadano, mi papá es un hombre de bien y mi mamá es kuña guapa, toda la vida. No es justo tener que estar acá. Yo quiero que esto se solucione y mis padres puedan tener la paz que ellos merecen”, exigió.

“Yo les pregunto: ¿Cómo se va a sentir alguien al ver que le pegan a su papá?. Lo que ocurrió no tiene palabra, no tiene justificación, es inhumano. ¿Los derechos humanos dónde están? Ni siquiera preguntaron como está mi familia pero si vos le tocas un pelo a esa gente, apuesto a que toda mi familia iba a estar presa, rápido se iban a mover”, lamentó.

“Acá es cuestión de que ustedes agilicen las cosas, mi familia ya hizo todo, es un desgaste emocional y económico lo que se sufre, la salud; ni hablar, el daño psicológico y mental que tienen mis padres son irreparables, lo material se recupera con trabajo como ellos siempre consiguieron las cosas, pero ese daño nadie va a subsanar a mis padres, nosotros solo queremos la paz y la tranquilidad”, concluyó.

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