La celebración del aniversario número 485 de Asunción y la conmemoración del cuarto año de mandato del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, lo toma sumergido en una tremenda crisis, que podría decirse la peor en 4 años de gestión, teniendo en cuenta que está en puertas recibir la renuncia de su compañero de dupla, el vicepresidente Hugo Velázquez, quien anunció que presentará su dimisión luego de que el gobierno de los Estados Unidos lo designara como “significativamente corrupto” el pasado viernes 12 de agosto.
El jefe de Estado, quien lleva 4 años ocupando el sillón presidencial en medio de fuertes cuestionamientos a su capacidad de gestión, serias críticas sobre el manejo que se ha llevado durante la pandemia del COVID-19, la corrupción que envuelve a su gobierno, la mala gestión de sus ministros, muchos de ellos envueltos en corrupción, vínculos con el crimen organizado, narcotráfico y hasta incluso nexos con grupos terroristas. Sin dejar de lado las serias dudas en el negociado que llevó adelante con el Brasil en lo que respecta al acuerdo en la reducción de la tarifa energética de la Entidad Binacional de Itaipú.
Crisis sanitaria
Abdo Benítez carga en el último tramo de su mandato una pesada mochila de una gestión que se olvidó de la gente; si bien, durante su mandato se jactó del aumento de la capacidad de camas de terapia intensiva en el sistema de salud pública, ello fue posible únicamente debido a la urgencia derivada de la pandemia del COVID-19, que generó un aumento considerable en la demanda, pero se olvidó de la gran cantidad de contagios diarios y ni que decir de fallecidos e internados, que llevó a la saturación de la mayoría de los hospitales tanto públicos como privados, obligando a asumir medidas sanitarias que agudizaron aún más la crisis económica con los cierres de cientos de comercios y que golpeó fuertemente a la clase media.
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Y fue, en este contexto, en que el Gobierno retomó viejas prácticas de corrupción en las compras del Estado, con comisiones y demás, y la gente quedó desamparada en el momento de mayor necesidad del país. Las carencias en salud desembocaron en más de 18.000 muertos en una de las peores gestiones del mundo en el manejo de la pandemia.
Uso del Estado para persecuciones
Asimismo, el mandatario en su penúltimo informe de gestión ante el Congreso Nacional se había jactado de que su gobierno se caracteriza por mantener una institucionalidad democrática; sin embargo, es fuertemente cuestionado por utilizar a las instituciones del Estado como un garrote político para atacar a sus adversarios con miras a los comicios internos partidarios previstos para el 18 de diciembre del 2022. Todo esto, sin olvidar las numerosas desvinculaciones de funcionarios públicos que quedaron sin una fuente de trabajo pese a los años de servicio, por el solo hecho de no responder a la línea política del oficialismo.
Economía y pobreza
Entre la crisis de la pandemia, sumada a la crisis económica a causa de las medidas sanitarias y el aumento de la inflación que está impactando en la canasta básica familiar, la suba de precio del combustible, con la falta de oportunidades en la generación del empleo; se ha profundizando aún más la brecha de la población entre pobreza y pobreza extrema. Al respecto, el economista y exviceministro de Industria, José Luis Rodríguez Tornaco, había señalado que este gobierno de Abdo Benítez es el peor en materia del combate a la pobreza, porque será la que dejará más desempleados de las últimas tres administraciones.
En ese sentido, Rodríguez Tornaco había mencionado que según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), la administración actual había recibido el país con 1.679.810 pobres luego de que el gobierno anterior lo haya reducido de 1.805.941 compatriotas en estado de pobreza. Pero que al cierre del 2021, la pobreza trepó a 1.951.020 paraguayos. Las cifras son elocuentes, para fin de año más de 1 millón de paraguayos sobrevivirán con menos de un dólar por día.
Educación sigue en terapia intensiva
Pasando al ámbito de la educación, la situación no es menos que desalentadora, porque al igual que el ámbito de salud, la educación también ingresó a terapia intensiva durante la pandemia, y pese a que ya se ha superado más de 2 años de la crisis sanitaria el nivel educativo ha quedado estancado. Esta situación ha sido reconocida incluso por la propia viceministra de Educación Alcira Sosa, quien reconoció las falencias educativas en todo el país.
Sosa había señalado que luego del retorno a las clases presenciales, quedó al descubierto el bajo nivel de aprendizaje de los chicos a causa de las clases virtuales, por lo que se tomó la decisión de implementar una especie de retroalimentación en los primeros meses del año lectivo y luego desarrollar el programa establecido para cada grado o curso.
Nexos con narcotraficantes
Como si la corrupción, el mal manejo de los recursos del Estado, el endeudamiento y la crisis económica no fueran problemas suficientes para este gobierno, La Nación Investiga ha logrado acceder a informes sobre reveladoras conversaciones en informes de inteligencia que demuestran cómo el gobierno protege estructuras del narcotráfico, gracias a informaciones privilegiadas desde los organismos de seguridad del Estado.
De acuerdo con las publicaciones periodísticas, uno de los considerados capo narco más buscados por el Brasil está vinculado al también sindicado narcotraficante Marcus Vinicius, amigo del exministro de Senad e Interior Arnaldo Giuzzio, verdaderos fantasmas en reportes antinarcóticos. Transcripciones de escuchas revelan conexiones con altas autoridades y en una de ellas queda identificada cómo y por qué el “Jefe Mayor” ordenó el crimen del empresario Mauricio Schwartzman.
A este gobierno le resta un año más de gestión, que deberá enfrentar a partir de este martes 16 de agosto, con la búsqueda de un nuevo vicepresidente que acompañe a terminar el mandato, atendiendo el anuncio de renuncia que hizo el segundo del Poder Ejecutivo, Hugo Velázquez, tras ser designado por el gobierno norteamericano como “significativamente corrupto”. En medio de una campaña electoral por parte del presidente Mario Abdo Benítez, quien busca, pese a las incompatibilidades, ejercer la presidencia de la Junta de Gobierno del Partido Colorado.