Dentro del interminable estudio del juicio político a la fiscal general, Sandra Quiñónez, el punto 7 entró en debate, el cual consiste en el caso de la muerte del joven dirigente liberal, Rodrigo Quintana. Desde la oposición utilizan el mencionado suceso como parte del libelo acusatorio contra la titular del Ministerio Público.
Al respecto, la diputada colorada Rocío Abed realizó algunas puntualizaciones pertinentes para aclarar que la acusación no corresponde a una argumentación valedera para enjuiciar a la fiscal general. Así, trajo a colación el juicio realizado contra el uniformado Gustavo Florentín como responsable principal de la muerte del joven liberal.
Explicó que la causa está parada por un conflicto entre las dos querellas adhesivas, pese al urgimiento del Ministerio Público, y no por causas atribuibles a la Fiscalía, sino porque la pareja del joven fallecido solicitó la exclusión de la querella representada por los padres de Quintana. El Ministerio Público presentó los urgimientos correspondientes, pero finalmente por los motivos mencionados no se puede realizar la audiencia preliminar para dar continuidad al caso.
La acusación contra Florentín fue formulada por la Fiscalía por ingresar al predio del Partido Liberal, ocasionando el disparo que se cobró la vida de Rodrigo Quintana. Así también, fue acusado el oficial de policía, Guido Vera, por el hecho punible de coacción grave, debido a que disparó en el baño del PLRA cuando se encontraban algunos manifestantes.
En cuando al efectivo policial que disparó contra el diputado Édgar Acosta, la parlamentaria recordó que fue condenado a nueve años de pena privativa de libertad. “Nada más quería esgrimir estos argumentos porque hay cuestiones que se responsabilizan a la fiscal general del Estado, cuando los hechos escapan totalmente de las manos de la Fiscalía”, indicó Abed.
Lea también: Gobierno de Abdo es cómplice del esquema de narcotraficantes
Sin empatía ni respeto
Al turno de su ponencia, la diputada liberal Celeste Amarilla nuevamente se desvió del foco central del estudio del juicio político, arremetiendo contra sus colegas para introducirlos en los zapatos de los padres de Rodrigo Quintana. Probablemente su intención fue hacer un paralelismo de la desazón sufrida, pero finalmente la parlamentaria fue víctima de sus propios ataques.
Apuntó contra el diputado colorado Nazario Rojas, olvidando que él atravesó una situación similar con su hijo. Por ello, el parlamentario respondió a Amarilla, afirmando que, lastimosamente, sabe lo que se siente ser llamado una madrugada por la muerte repentina de un hijo.
“Me llamaron a las 04:00 para avisarme la muerte de mi hijo y ni siquiera sabía las causas, si fue por una trifulca o algún otro tipo de situación. Sin embargo, quiero remarcar que los vencedores no son los que quedan vivos en el campo de batalla, son los que mueren por una causa justa y bella”, sentenció Rojas.