POR JOSÍAS ENCISO ROMERO

La milenaria sabiduría popular que recibimos como herencia tiene su código no escrito de misterios y acertijos que calibran el ingenio del hombre o certifican su torpeza. De aquellos tiempos remotos nos sobrevuela el suindá que anuncia la muerte como en una lotería. La cuestión está en adivinar quién será el próximo “fiambre”. O quién es el alma en pena que, en lastimero gemido, nos pide ayuda a la hora de la oración.

Hay que encontrar la manera de soltar las cadenas y liberar al condenado. Por si acaso las ñembo’e’ýva ya se anticipan en su letanía: “Rompé, rompé mi cadena y alcanzadme libertad…”. Además, todo buen cristiano debe conocer el punto exacto para estoquear al cerdo y que en la primera embestida pare de sufrir. De ahí el famoso kure kutu. Los guaireños modernos contribuyeron con algunas interrogantes como, por ejemplo, por dónde empezar a comer la chipa argolla. Y, por supuesto, el encriptado enigma en guaraní, hasta hoy indescifrable, que traducido diría: “¿Por dónde orina la gallina?”. Poetas, músicos, compositores, artistas varios, curanderos, payeseras, espiritistas y payasos de torín se secaron el seso tratando de tantear una respuesta.

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Si alguien la encontró, nunca se supo. Tal vez, algún día, también pueda ser develado el secreto de cómo Mario Abdo Benítez Jr., Hugo Velázquez y Nicanor Duarte Frutos se hicieron millonarios sin haberse ganado el pan con el sudor de la frente. Incógnita que a cualquier mortal le quita el sueño. Después de la multiplicación de los peces y de los panes, ya vienen ellos con el milagro de los ricos por generación espontánea. Aunque la hipótesis de Aristóteles ya fue refutada hace siglos, aquí sigue manteniéndose caprichosamente viva.

Euclides Acevedo ha demostrado ser un digno heredero de la tradición guaraní. Un híbrido entre el pícaro español, como “El Lazarillo de Tormes”, y el arandu paraguayo, como don Cecilio, mi vecino. Es una anguila en la política. Y, según cuentan, hasta en el amor. Resbaloso, pero no resbala. Los críticos de la picaresca de la península cuestionaban el determinismo a que estaban condenados sus protagonistas. El pícaro –en el contexto de viveza, astucia e ingenio para sobrevivir– nunca superaba su destino de desgracia. Hasta que apareció nuestro “Gallo” para pasear al pícaro que lleva adentro desde el paraninfo de la Universidad de Salamanca hasta el aula magna de la Universidad de Harvard. Dicen que le buscó mucho a Benjamín Fernández Bogado, pero debido a sus múltiples clases y tutorías, no pudo ubicarlo. Otra vez será.

De movimientos impredecibles, el ex canciller de Marito dejó a los politólogos y cientistas sociales con dos palmos de narices. A los opinólogos del oficialismo, con los pantalones bajos. Entre ellos a Mauricio Espínola, más conocido como “Pinky” en el ámbito de la intelectualidad republicana. Y, a nosotros, los militantes del ajúra galletismo, en un orsai que no se redime ni con el VAR. La única vez que el martillo dio en el clavo y no en el dedo fue cuando algunos colegas pioneros del “Contexto” advertían que Fernando Lugo, de la especie de los tapirus terrestris, le iba a traicionar antes de que el gallo cante tres veces. Y así fue. Después de aquella reunión de truco y caldo de gallina, el ex obispo de San Pedro declaró en un programa de televisión que una “chapa invencible sería Euclides Acevedo-Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA)”. Pero como la incordia en el Frente Guasu estaba a punto de hacer metástasis, Lugo volvió a lo suyo, a lo que mejor sabe: el famoso poncho juru. Y tiró su pañuelo al río, el de Euclides, para mirarlo cómo se hundía. Alguien le puso música y la llamó litoraleña.

Pero Euclides, caballero de la noche y de las conspiraciones nocturnas, no solo no se hundió, sino que le dio una patada a la Concertación. Es ahí donde todos volvimos a fallar. Al menos, hasta hora. Decíamos que era imposible que fuera el “Plan B” del presidente “Desastre ko Marito” y del “mariscal de la derrota” y alquimista, Nicanor Duarte Frutos, porque en las internas del 18 de diciembre iba a ser fagocitado por Efraín Alegre del PLRA. Como ya dijeron los que me antecedieron en el uso de estos espacios, Euclides fue nombrado ministro del Interior por recomendación del soberano e inquisidor de Yacyretá. Sin embargo, el padre de la geometría más que nadie sabe de los “elementos” locales, y gritó “¡eureka!” con su socio Arquímedes, para dar un giro copernicano y un salto euclidiano directamente a las finales. El sol ya no gira alrededor de la Concertación. La Concertación gira, preocupada, alrededor de Euclides. Según la precandidata del Frente Guasu, Esperanza Martínez, un tercer candidato de la oposición para el 30 de abril del 2023 sería un peligro para la oposición y una oportunidad para que el Partido Colorado “siga gobernando por 30 años más”. ¿Por qué piko tan poco, senadora? Hay que tener fe.

Y vuelve a tener vigencia el “Plan B” de quienes ya saben que perderán las internas coloradas del próximo 18 de diciembre. Como el marido engañado, el único que no sospecha nada es Hugo Velázquez. Efraín Alegre está ensayando ya algunas nuevas versiones para calificar a Euclides de “funcional al Partido Colorado”. Entre su equipo de asesores soltó un impensable “Gallo de Pompeya”. Alguien levantó la mano tímidamente para insinuarle, temeroso: “¿No será caballo de Troya?”. “Yo digo como quiero, ¡ich!, porque yo solo pienso en la patrrrria”, refunfuñó. Efraín es un político intransigente. Lo aclaró él mismo. Nadie le saca del mate que tiene el derecho legítimo a perder su tercera elección consecutiva. Porque, según él, nunca hay dos sin tres. Nadie sabe lo que quiso decir.

Euclides Acevedo va directo a las urnas del 2023. Entre otras opciones, como el “Plan B” de Marito y los hermanos Dalton, los más famosos forajidos del Far West. El “mariscal pastelito” ya le aseguró que atraerá el voto de los colorados. Cualquiera sea el resultado del 30 de abril, Euclides saldrá ganando. Él sí sabe por “dónde orina la gallina”. Por algo es el “Gallo”.

El sol ya no gira alrededor de la Concertación. La Concertación gira, preocupada, alrededor de Euclides.

Y vuelve a tener vigencia el “Plan B” de quienes ya saben que perderán las internas coloradas del próximo 18 de diciembre.

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