El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, aguarda el retorno al país de la senadora Lilian Samaniego para definir la continuidad o destitución del presidente del Instituto de Previsión Social (IPS), Vicente Bataglia, teniendo en cuenta que el cuestionado médico responde al cupo político de la dirigente colorada.

La parlamentaria actualmente se encuentra en los Estados Unidos, donde mantiene una serie de reuniones con autoridades del Ejecutivo y del Congreso del país norteamericano, incluso durante su estadía conversó sobre el flagelo del lavado de dinero y el narcotráfico.

De acuerdo a las fuentes legislativas, el jefe de Estado se muestra dubitativo en utilizar la lapicera y definir qué postura adoptar ante la serie de denuncias provenientes no solo de la clase política que no simpatizan con el gobierno de turno, sino de los asegurados de la previsional, quienes de forma constante denuncian la falta de insumos y equipos médicos.

Al conflicto se suman los hechos de corrupción que envuelven a la administración de Bataglia, con denuncias sobre licitaciones millonarias amañadas favoreciendo por ejemplo al amigo del segundo del Ejecutivo y aspirante al cargo de presidente de la República, Hugo Velázquez, por el movimiento Fuerza Republicana; el empresario Alberto “Pulpo” Palumbo, proveedor de un precario servicio de limpieza en el IPS, manchado por varias irregularidades.

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El último conflicto que terminó por desenmascarar la problemática en el IPS se centra sobre el caso del señor Ramón Samudio, de 78 años, quien se quedó sin sus 2 piernas por un grave error de los médicos tratantes de la institución.

Es sabido que el cuestionado clan Samaniego mantiene una fuerte influencia dentro de la previsional, donde mantiene a un séquito de altos jefes que res­ponden al mando de la legisladora. Incluso durante su asunción al cargo, Bataglia había confesado ser parte del equipo político de Samaniego.

De acuerdo a una publicación periodística realizada por el diario La Nación/Nación Media, el pasado año se dio a conocer el primer escándalo del IPS en el que aparece el nombre de Lilian, que se remonta a 1998, cuando en las inme­diaciones de la seccional 12, barrio San Vicente de Asun­ción, fueron requisados de un camión medicamentos con la inscripción de “Uso exclusivo del IPS” por un valor de G. 800 millones.

En el marco de este caso fue procesada la senadora Samaniego, quien fungía en ese entonces de jefa del Parque Sanitario de la pre­visional. Según los datos del suceso, tras esto había salido del cargo y luego de un año volvió a ser desig­nada como jefa de la Unidad Farmacéutica por el titu­lar del IPS, Darío Filártiga, después de que arreglara su problema con la Justicia.

Pasado el tiempo, en el 2007, en el marco de las internas de la ANR, su correligiona­rio Carlos María Santacruz la acusó de comerciar nue­vamente desde la farmacia del IPS cuando en su camio­neta transportaba medica­mentos, privando de peni­cilina a los enfermos. Con estos hechos ya se puede ver que los oscuros manejos de la senadora con insumos de la previsional devienen desde hace bastante tiempo atrás.

Lastimosamente, la pande­mia del COVID-19 también fue usada para volver a lucrar con los remedios que debe­rían estar disponibles para los enfermos de coronavi­rus. El caso más sonado en el marco de la cuaren­tena fue la compra de insu­mos chinos deficientes por valor de G. 85.000 millones a favor de las empresas Ime­dic y Eurotec, relacionadas con el clan Ferreira.

Estas firmas están a su vez ligadas con el clan Sama­niego a través de la empresa Centro Médico Amanecer, cuya accionista es María Laura Samaniego Maciel, sobrina de Lilian Sama­niego, quien a su corta edad de 22 años adquirió acciones de la empresa en el 2015 por valor de G. 300 millones.

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