Juan Carlos dos Santos. Twitter: @Juancads
La publicación de un medio israelí sobre momentos de la visita del actual vicepresidente Hugo Velázquez al Líbano, cuando este era presidente de la Cámara de Diputados, revela el encuentro del precandidato con representantes del grupo Hezbolá, considerado por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países más, entre ellos el nuestro, como promotor del terrorismo global.
Hezbolá es considerado en el Líbano como un movimiento religioso, político y militar, cuyo líder en el cargo de secretario general es Hassan Nasrallah, quien dicta las órdenes para las diferentes áreas en las que se maneja el grupo.
Nasrallah se mueve en instalaciones subterráneas secretas, en lugares no determinados del Líbano, por temor a sufrir ataques por parte de sus enemigos internos o externos en el país. El segundo en la organización en el área religiosa, aunque oficialmente es el líder espiritual principal, es Salid Ali Hijazi, con quien Velázquez se reunió junto a otros políticos del mismo grupo.
A continuación, la radiografía de un terrorista global, Hassan Nasrallah, líder del Hezbolá.
¿Quién es Nasrallah?
El 31 de agosto de 1960, en una aldea llamada Al-Bazouriyeh, en el sur del Líbano, en las afueras de la ciudad de Tiro, nace Hassan Nasrallah, el mayor de ocho hermanos, todos hijos de Abdel-Karim Nasrallah, un humilde vendedor de verduras, quien luego se trasladó con su familia a Beirut, capital del Líbano.
Hassan es el líder político y religioso más reconocido del Hezbolá (Partido de Dios, en árabe), grupo terrorista global, según la calificación otorgada por Estados Unidos, la Unión Europea, así como otros países, entre ellos Argentina, Israel y Paraguay.
Una biografía del líder del más importante grupo terrorista que opera en el Medio Oriente y en varios lugares del mundo, entre ellos la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, relata que el joven Hassan pasó su infancia leyendo el Corán y realizando estudios de otros textos religiosos islámicos.
A temprana edad
Apenas tenía 9 años cuando se convirtió en observante de Islam en su corriente chiíta, algo frecuente en el Líbano y en Irán. Nasrallah fue influenciado a una edad temprana por las enseñanzas del activista y clérigo pro-Wilayat al-Faqih, Sayyid Hussein Fadlallah. Comenzó a asistir a los sermones de Fadlallah cuando era niño, incluso antes de cumplir los diez años.
En 1978, Nasrallah se casó con Fátima Mustafa Yassine, oriunda de la aldea de al-Abbassiyeh, en el sur del Líbano. Juntos tuvieron cinco hijos: Mohammad Hadi (muerto por la Fuerza de Defensa de Israel en 1997), Mohammad Jawad, Zeinab, Mohammad Ali y Mohammad Mahdi.
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A principios de los años 80 demostró ser un hábil guerrillero y comandante, ascendiendo rápidamente en las filas del partido. En 1987 retomó sus estudios religiosos, viajando a la ciudad iraní de Qom. En 1989 regresó nuevamente al Líbano, cuando estaba surgiendo una grieta dentro del liderazgo de Hezbolá sobre la alianza con Siria, a la que se oponía. Regresó a Teherán para servir como representante de Hezbolá allí.
Se convirtió en líder del Hezbolá en 1992, con el cargo de secretario general, cargo que ocupa hasta la fecha y es el rostro visible del grupo terrorista, aunque viva escondido desde hace tiempo en sendos búnkers subterráneos, entre los cuales se va moviendo para evitar ser literalmente cazado por las fuerzas israelíes.
Líder de la muerte y la destrucción
Y es que Hassan Nasrallah es líder y responsable de una organización terrorista que ha sembrado muerte y destrucción en nombre de una causa a la que no le importan los daños ni las víctimas colaterales, motivo que lo ha llevado a vivir oculto, temiendo correr la misma suerte que el general iraní Qassam Soleimani, muerto en un ataque con drones de Estados Unidos a comienzo del 2020 en Irak, donde comandaba fuerzas iraníes y del Hezbolá.
Al Hezbolá se lo vincula con los atentados sufridos por la Embajada de Israel en Buenos Aires, en 1992, y el explosión de la AMIA en la misma ciudad, en 1993. Hassan Nasrallah es el rostro del temor y del terror de un grupo que se muestra como político y como un ala militar a veces, pero de ninguna manera puede separar lo segundo del primero y actúan de manera independiente a las fuerzas armadas del Líbano y ejercen gran influencia en el gobierno, mientras controlan el sur del país.
Hezbolá es calificado como proxy de Irán, que los financia, los entrena, los organiza y los utiliza en cuantos conflictos entre la Revolución Islámica de Irán desde 1979 y los ha dotado de al menos 200 mil misiles de corto y mediano alcance, listo para atacar a Israel, una posibilidad cierta, pero que Nasrallah sabe que podría acabar no solo con la organización, sino con el mismo gobierno teocrático iraní, fuente de poder del terrorismo islámico.
Grupo terrorista global
El grupo comandado por Nasrallah es considerado terrorista globalizado porque actúa y se financia desde varias partes del mundo, en general con fondos provenientes del crimen organizado, y ha trascendido la rama chiíta para acercarse a grupos terroristas de la Franja de Gaza como Hamás y la Yihad Islámica Palestina, otro proxy iraní en la región.
A mediados del 2020 se rumoreó que había fallecido víctima del COVID-19, pero hábilmente Nasrallah lo desmintió en videos, temiendo una lucha de poder del grupo.
El grupo terrorista liderado por Hassan Nasrallah ha estado involucrado desde hace décadas en actos terroristas como secuestros de aviones, asesinatos selectivos, ataques a delegaciones diplomáticas de Israel y EEUU en Líbano y en otros países del mundo, explosión de autos cargados de explosivos.
Destrucción en Beirut
Uno de los últimos actos violentos importantes en el que se vincula a Hezbolá y a Hassan Nasrallah ha sido la gigantesca explosión de un cargamento de fertilizantes, propiedad del grupo, ocurrida en el puerto de Beirut en el 2020, que dejó 200 víctimas fatales y una parte de la ciudad destruída.
Algunos ciudadanos de origen libanés han sido acusados, capturados y extraditados a los Estados Unidos por formar parte del crimen organizado que ayuda a financiar al terrorismo del Hezbolá.
Cualquier persona que estuviera vinculada a Nasrallah o al 3 puede ser acusada de apoyar actividades terroristas, ya sea con acciones o con el financiamiento a sus actividades.