Durante los últimos cuatro años el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, mantuvo un llamativo silencio ante situaciones graves como el acta secreta de Itaipú en el 2019, o en la crisis del 2020 que nuevamente lo dejó al borde del juicio político, cuando solo salió a hablar a sus dirigentes políticos que en masa llegaron hasta Mburuvicha Róga para darle su apoyo. Pero un mensaje tranquilizador para la ciudadanía que vivió días de mucha tensión política en medio de una terrible pandemia fue prácticamente nulo.

Ni qué decir de manifestarse ante las graves denuncias de negociados y sobrefacturaciones que fueron llevados adelante por gente de su entorno a expensas de la crisis sanitaria a causa del COVID-19. Tibiamente apartaba a “algunos” del cargo, a quienes ya no tenía forma de encubrir sus negociados.

Mientras que a otros los mantuvo con un llamativo capricho en sus cargos, como el caso del exministro del Interior Juan Ernesto Villamayor, el exministro de Educación Eduardo Peta y el exministro del Interior Arnaldo Giuzzio, que pese a largas denuncias contra su mala gestión, se empecinaba en mantenerlos en sus cargos.

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Durante varios días, en marzo del año pasado, la ciudadanía salió a las calles a exigir la renuncia del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, cansada de su mala gestión. Foto: Carlos Juri.

Ahora bien, lo llamativo es que el jefe de Estado, que ya está en plena campaña política buscando la presidencia de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, se pasa jactándose de tener la mejor gestión presidencial en la región, y se autodeclara como el “comandante de la pandemia”. En ese sentido, afirma que gracias a su gestión la gente no moría en las calles por COVID-19; olvidándose de que sobre sus hombros ya carga con más de 18 mil fallecidos a causa de la enfermedad.

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En cada encuentro político que está llevando, e incluso en los actos de Gobierno, el mandatario hace alarde de su gestión, olvidando la serie de irregularidades que se fueron denunciando bajo su administración. Días atrás Abdo participó de un acto político en la ciudad de Mariano Roque Alonso, donde se deslindó de la responsabilidad por la suba del precio del combustible.

“La gente está cansada de la suba del combustible, y yo también, pero ustedes saben que es un problema a nivel mundial, no es un problema de gestión de un Gobierno”, enfatizó el presidente, como si fuera un ciudadano común y no tuviera en sus manos la posibilidad de mejorar la situación económica de la población.

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Asimismo, el jefe de Estado se está montando en su propio discurso, a tal punto de creer que esa es la realidad, autofelicitándose por su excelente administración, y por el buen manejo que llevó adelante durante la pandemia.

“Yo goberné cuatro años con crisis la República del Paraguay, y si la gente me pregunta si me hubiera gustado ser presidente en otros tiempos, en tiempos más fáciles, les recuerdo que ya decía en campaña, que Dios le da las tareas más difíciles a sus mejores soldados, y no voy a cambiar porque fue un honor para mí servir a la nación paraguaya en uno de los momentos más difíciles de la historia del Paraguay”, sentenció.

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