La hermana Graciela Ponce realizó una grave denuncia de dejadez y omisión del Gobierno Nacional con una comunidad indígena que se encuentra en el departamento de Presidente Hayes. Se trata de la comunidad de Casanillo, del municipio de Irala Fernández, que se encuentra a unos 500 kilómetros de Asunción, además de unos 400 kilómetros de la gobernación y de la intendencia a unos 120 kilómetros.
Esta desesperante situación llegó hasta el senador español Carles Mulet García, quien expuso ante el Senado de España el pedido urgente de ayuda. “No tienen agua, pasan hambre y Paraguay es muy rico pero desigual”, lamentó en un debate de la Comisión Asuntos Exteriores. “El Gobierno paraguayo debería responder. No estamos exigiendo nada imposible, solo que tomen medidas”, dijo el legislador europeo este martes en una comunicación con Ñanduti.
La religiosa contó que se encuentra trabajando con esta comunidad indígena que está integrada por 7 agrupaciones compuestas por unas 300 familias y unas 3.000 personas desde el 2016. La denuncia realizada por la misma es por la falta de respuestas ante la falta del líquido vital que sufren los pobladores de esta comunidad, ya que recurrió a varios ministerios y secretarías, pero hasta el momento no se logró ninguna respuesta de ninguna de las instituciones del Estado.
“La comunidad de Casanillo se compone de 7 comunidades en estos momentos, desde que yo inicié eran 5 comunidades y ahora ya hay 7 comunidades. Son comunidades que vienen a instalarse en estas tierras que son propiamente indígenas. La Conferencia Episcopal ya hace más de 40 años compró estas tierras y se las entregó a la comunidad indígena”, contó la hermana Graciela Ponce en comunicación con el programa “Apunto”, emitido por GEN/Nación Media.
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Indicó que en la comunidad Casanillo hace unos tres años fueron instalados tanques para almacenar agua de las lluvias; sin embargo, hace más de tres años que no llueve en la zona, por lo que estos tanques no pueden ser utilizados. “Allí se han instalado, ya desde hace cuatro años, tinglados con tanques, tienen cuatro tanques de 10 mil litros de agua, la función del tinglado que tienen las canaletas al costado es recaudar el agua de la lluvia. Antes caminaban 5 a 10 kilómetros llevando sobre la cabeza los tachos de agua”, refirió.
La religiosa cumple actualmente la misión en Concepción; sin embargo, recibió la llamada de los dirigentes de esta comunidad pidiendo ayuda con esta situación. “A finales de mayo vine a visitar la comunidad para verlos, y hablar por teléfono es muy distinta a la realidad, ver la necesidad de que está todo seco, hasta los tajamares que tenían antes están completamente secos porque hace más de tres años no llueve y eso se vino secando obviamente por naturaleza propia porque es una tierra muy árida, seca, salada y esa es la necesidad que tienen”, manifestó.
Presentó cartas de reclamo
Ante esta situación, la religiosa trató de comunicarse y hacer llegar el reclamo de asistencia a esta comunidad a varias instituciones del Estado como el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), la Secretaría de Emergencia Nacional e incluso el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), para asistir a los niños indígenas, pero hasta el momento no logró ninguna respuesta positiva.
“Yo presenté formalmente las cartas al Indi, a la Secretaría de Emergencia Nacional, al Ministerio de Educación pidiendo por las meriendas para que lleguen a las escuelas, estoy hablando de los que recibieron la carta porque algunos me han rechazado, me pidieron otros protocolos a hacer. No he recibido ninguna respuesta, he escrito al gobernador también de Presidente Hayes, al intendente de Irala Fernández, el único que me respondió el sábado fue el secretario de Irala Fernández”, cuestionó.
Otras de las instituciones a las que recurrió fue el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) por la situación de salud en que se encuentran algunos de los pobladores. “También al Ministerio de Salud pedimos porque hay muchísima gente resfriada, enferma, hay un puesto de salud, precario obviamente, una USF (unidad de salud familiar) recién instalada, pero no cuenta con profesional, no hay medicamentos”, manifestó Ponce.
“Esa USF queda en la primera comunidad, la gente que tenga que venir, tiene que venir 15 o 20 kilómetros, dependiendo del lugar de donde se encuentre”, sentenció. La religiosa también cuestionó que el Gobierno se jactó de una inauguración de tramo de acueducto; sin embargo, no realiza las gestiones y los trabajos para hacer llegar agua a esta comunidad que necesita con urgencia del líquido vital para la sobrevivencia.
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“Si ven la página del Ministerio de Obras Públicas, que hace poco el presidente dio la habilitación de la tercera etapa del acueducto que llega hasta Filadelfia, y mi pregunta es, a 10 kilómetros queda esto del acueducto, nada prácticamente a la hora de trabajar, pero tanto cuesta aunque sea desde Loma Plata, Mariscal Estigarribia, de Irala Fernández, cargar una cisterna de 10 mil litros de agua y llevar a los hermanos nuestros que necesitan de agua. No cuesta nada, es un pequeño trabajo, una pequeña gestión”, reclamó la hermana.
Por último, contó que en estos días, desde la Municipalidad de Irala Fernández enviaron un camión cisterna, pero que el mismo solo llevó agua de una laguna que encontraron en el camino, lo que calificó de indigno para los compatriotas indígenas. “Ayer a fuerza de llamado y de dialogar con el secretario de Irala Fernández logró irse un camión cisterna a Casanillo, pero me llevé una sorpresa cuando me dijeron que el camión estaba vacío, como queriendo buscar agua por la zona. Me dijo que en Loma Plata consiguió un tajamar y llevaron el agua de ahí, le pregunté qué tal era el agua, y era agua salada, tampoco es digno llevar agua salada, era agua de tajamar, no era agua potable”, puntualizó.