Para el exministro de Justicia Ever Martínez, el abordaje fundamental para subsanar los conflictos que tienen que ver con el estado de las penitenciarías en nuestro país debe pasar por la profesionalización del servicio penitenciario, además de revisar las condiciones de las cárceles.

“Ese fue el segundo eje que hemos trabajado y hemos dejado la semilla plantada, la licitación lista para la construcción de los nuevos centros penitenciarios. Más allá de la necesidad de disponer de mayor capacidad, también pasaba por ajustarse a los protocolos necesarios para trabajar en aspectos concretos a fin de que una persona privada de libertad pueda volver a la vida en sociedad de la mejor manera”, sostuvo en entrevista con el programa A punto, transmitido por el canal GEN/Nación Media.

Martínez considera que la profesionalización sin una estructura adecuada no funciona y viceversa. Además mencionó un tercer eje que tiene que ver con facilitar todos los elementos de trabajo a los funcionarios penitenciarios, que también fue un fracaso total de este gobierno, eso sin mencionar la autoridad moral que debe haber en el ejercicio de la función.

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Las guerras internas

Para el exministro de Justicia, en esta cartera específica debe analizarse el origen de la descomposición del sistema penitenciario y, a su vez, la potenciación de grupos criminales que en su momento no tenían ninguna trascendencia. “Acá vemos situaciones como la del socio de asado y de fútbol del ministro que asumió era el director de Tacumbú y así le fue, entonces cuando se improvisa con gente que no está a la altura de las circunstancias y sus objetivos no están del todo claros, obviamente va a pasar lo que está pasando” sostuvo.

Ever Martínez aseguró que lo que está pasando hoy es el resultado de un proceso que se está observando a lo largo de todo este gobierno, sobre todo en sus inicios donde hubo un manejo muy desprolijo. “Hablamos de la potenciación de grupos criminales que hoy acechan y señorean”, aseveró.

“A mí me tocó asumir el cargo cuando todo el mundo me decía ´A este no lo toques, a aquel tampoco´ y el día en que asumí sacamos a Jarvis Pavao, que según los datos, manejaba unos 800 pasilleros, más de 4.500 internos”, resaltó. “Este gobierno no ha tenido la capacidad de cortar cabezas y tomar medidas para que estas organizaciones no se expandan y sean amos y señores de las penitenciarías, sobre todo en Tacumbú”, cuestionó.

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