En la mañana de este domingo se desarrolló el tedeum por el Día de la Independencia en la Catedral Metropolitana de Asunción, en el cual participaron el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, acompañado de la primera dama, Silvana López de Abdo; el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, y otras autoridades del Gobierno Nacional.
Durante la misa celebrada por el monseñor Adalberto Martínez, el mismo hizo especial énfasis en caminar hacia un nuevo país, libre de la corrupción y del crimen organizado, que azota actualmente la nación causando estragos irreparables en las familias paraguayas.
“La independencia patria no será completa ni posible sin el amor entre hermanos. Alrededor del 90% de la población se declara cristiana, la realidad social y política del Paraguay nos interpela como cristianos”, dijo el monseñor durante su homilía celebrada en conmemoración de las fechas patrias del 14 y 15 de mayo.
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En este sentido, el monseñor Adalberto Martínez hizo referencia al crimen organizado que en los últimos tiempos viene ganando fuerza en el país, además del aumento de la delincuencia a nivel social y el sicariato. “La presencia del crimen organizado es más fuerte, la delincuencia también actúa de varios modos, el sicariato está en aumento, se practica a plena luz del día y cegando vidas”, cuestionó el monseñor de acuerdo a las publicaciones de la 1020 AM.
En este sentido, recordó al fiscal Marcelo Pecci e instó a las autoridades presentes durante la ceremonia religiosa a que el crimen no quede impune. “El asesinato de Marcelo Pecci enluta al país, no debe considerarse un caso aislado, este hecho criminal exige adoptar todos los mecanismos legales para el pronto esclarecimiento e identificar a los autores para que se aplique todo el peso de la ley”, sentenció.
Adalberto Martínez también recordó a los secuestrados por el grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y pidió que no sean olvidados. “Acompañamos a las familias de Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo, quienes son víctimas de este grupo radicalizado”, expresó en su homilía.
La corrupción en el país y el malgasto de los recursos del Estado también fueron otros reclamos del religioso, asegurando que este mal está dejando a hijos desgraciados. “El Paraguay de hoy tiene hijos desgraciados, la corrupción no deja de malgastar recursos. Se debilita el ejercicio de la autoridad cuando los que ocupan cargos no están a la altura de las exigencias”, lamentó.
Ante todas estas situaciones, el monseñor dijo no perder la esperanza de construir un país mejor e instó a todos a despertar y hacer realidad a ese país que todos quieren. “Caminar hacia un nuevo país urge realmente. Podemos soñar, pero debemos despertarnos. (…) Está en nuestras manos liberarnos de las ataduras. Trabajar por el bien común es una tarea a la cual estamos llamados. (…) Sueño con una patria sin hambre y sin cadenas. Paraguay es un país bendecido, produce alimentos y es rico en recursos naturales; sin embargo, tenemos muchos paraguayos con hambre”, sentenció.
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