La escena gráfica de las sillas voladoras representa de antemano a la convención liberal, trayendo a la memoria que desde años se convirtió este hecho en un acto de protesta partidaria. Los abucheos, gritos y agresiones amenizan el ambiente de internismo que se vive en carpas del Partido Liberal.
Hoy para recibir a los casi 600 convencionales, las sillas de plástico fueron instaladas y preparadas por la organización partidaria que se desarrolla en Caacupé, lo peculiar es que fueron atadas por un cintillo de plástico para evitar que sean arrojadas y convertirse esa escena en el cuadro principal de la convención.
En esta oportunidad, los convencionales se reúnen en el polideportivo municipal Juan Bautista Agüero de Caacupé, para autorizar al directorio del PLRA a concretar los acuerdos electorales ya sea por la vía de la concertación o alianza para la chapa presidencial del 2023 y las gobernaciones, así como la inclusión de la paridad en las listas para el parlamento y juntas departamentales, y por último el estudio de los balances administrativos del directorio.
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Esta medida de seguridad no duró mucho tiempo, porque ni bien empezó el acto central los cintillos fueron cortados y desatados por los dirigentes. La decisión fue calificada de “antiarrojo” por el liberal y político Eduardo Nakayama, “algunos ya están calculando cómo tirar de a cuatro o cinco tipo boleadora”, expresó en sus redes sociales.
Otro detalle de seguridad que se instaló en el predio fue la aplicación de redes en las graderías, lo que sería como una especie de filtro que separa y resguarda a quienes están instalados en el campo ante cualquier altercado que se busque iniciar desde el sector donde están ubicados los diferentes adherentes del PLRA.
Internas liberales
Los liberales vienen arrastrando un internismo fuerte y marcado a lo largo de este tiempo, teniendo en constante disputa a sus referentes máximos Efraín Alegre, actual presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y al senador Blas Llano quien lidera el movimiento Equipo Joven.
En el 2017 los incidentes se convirtieron en una batalla campal cuando el propio presidente del partido ingresaba al predio, en ese entonces en el Coliseo El Cerrito de Coronel Oviedo. En aquel entonces volaron sillas, botellas e incluso se llegaron a los puños entre adherentes.
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