Mario Abdo Benítez quiso darle una zurra a Hugo Velázquez con el mismo rebenque con que su entonces vicepresidente de la República le cruzó el rostro el 23 de junio de 2021. Y con el fin de embretarlo, autorizó a quien fuera su segundo precandidato para ejercer el Poder Ejecutivo en el periodo 2023-2028 a lanzar oficialmente su postulación para el mismo cargo. El exministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Arnoldo Wiens, oficializó su postulación el 18 de diciembre de 2024, a tres años de distancia de las internas del Partido Colorado, que deberán fijarse para el último mes del calendario, pero de 2027. Así quiso replicar la estrategia del hecho consumado por la vía del anticipo de mano. Impecablemente trajeado, con corbata roja, por supuesto, y la bandera paraguaya detrás, empezó a inundar las redes con mensajes de celebración de todas las fechas recordatorias habidas y por haber. Mediante este bombardeo mediático pretendía dejar fuera de la liza al entusiasta aficionado a las carreras de caballos, para que no llegue siquiera a la gatera. Acorralado por su propia táctica, la de instalar una candidatura sin retroceso, a Velázquez ya no le quedaría más remedio que alinearse o lanzarse fuera del carril del movimiento Fuerza Republicana. En el pasado, repito, pensaron que dividir en dos al oficialismo –ahora oposición– sería como un mutuo harakiri. De modo que Marito tuvo que aceptar –a regañadientes, siempre lo sostuve– a un candidato que nunca fue el suyo. A primera vista, sin embargo, esta vez la presión no está funcionando. Aunque en política hasta lo más impensado puede ser posible. Las más absurdas contradicciones llegan a convertirse en realidad.
Después de un encuentro con dirigentes de la ciudad de Ñemby, los medios de comunicación publican el 15 de marzo que Hugo Velázquez buscará su revancha en los comicios internos de la Asociación Nacional Republicana. Por de pronto, aclaró que lo hará desde su movimiento original. Al mismo tiempo, la incordia ya se incubó en Wiens y sus seguidores de primera hora. ¿Por qué “revancha”? Ya lo explicamos en artículos anteriores: Logró imponer su candidatura sobre lo ya andado, hasta aquel 12 de agosto de 2022, en que llegó la declaración –y sanción– del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Escribíamos, entonces: “Ahí la actitud del que fuera mandatario reafirma que Velázquez nunca fue de su agrado. Todavía resonaban los ecos de la conferencia de prensa del embajador estadounidense en nuestro país, cuando, desde Mayor Otaño, Abdo Benítez vomita todo su desquite: ‘Es inaceptable la continuidad de la (pre)candidatura’ de quien inmediatamente ya había renunciado a sus ambiciones electorales. Pero, también, debía dejar la Vicepresidencia. Y ahí, a recomendación de Lilian Samaniego –confesión de la propia senadora–, decidió no hacerlo. Entonces, un irritado presidente le increpa: ‘No hay que ser ambiguo’. Y le aconseja que renuncie. Finalmente, Velázquez concluye su mandato en el tiempo indicado por la Constitución Nacional”. O, quizás, más que revancha deberíamos hablar de sangre amontonada en los ojos. Así pues, se cumple lo previsible: Velázquez, apodado El Toro, vuelve al ruedo.
Por el lado de Honor Colorado no se avizoran dudas en cuanto al precandidato a la Presidencia de la República. Ya el 23 de agosto de 2024, el mandatario Santiago Peña anunció durante un acto oficial en la ciudad de Pilar, que “un ñeembuqueño estará sentado en el Palacio de López en 2028″, en una indiscutible alusión a su actual vicepresidente, Pedro Alliana. La oposición, interna y externa, se rasgó las vestiduras y se sacudió las sandalias en señal de protesta por priorizar, este gobierno, una prematura campaña electoral. En diciembre pasado, Wiens hizo lo mismo y, luego, como ya apuntamos, Velázquez este marzo, también. Y, sin embargo, en ambas ocasiones nadie dijo ni mu. Al contrario, la hipocresía exhibió su mejor sonrisa.
Las intenciones, tanto de Arnoldo Wiens como de Hugo Velázquez, dejaron evidencias muy visibles. Fáciles de rastrear. Aunque el primero comunicó su retorno al periodismo, el 5 de abril de 2024, en la Universidad Nacional de Pilar (Facultad de Ciencias, Tecnología y Arte), presentó su libro “Tras 245 años emerge la Perla del Sur”, en una clara manifestación electoralista. Dos meses antes, el 28 de febrero, Velázquez participó del cumpleaños “político” del diputado Carlos Arrechea (electo por el departamento de Misiones) con varios líderes regionales. La idea estuvo siempre latente, solo era cuestión de tiempo. A mí, en particular, no me sorprendieron en absoluto ambas apariciones. Ni la de Alliana. Hasta resulta lógico que así sea.
En política nada es prematuro. Hace rato que vengo sosteniendo lo mismo, considerando que se trata de una actividad permanente y pública. Tampoco es novedad que dentro del Partido Nacional Republicano ya se mezclen los naipes con tres eventuales precandidatos, en tanto que en una desorganizada oposición ni siquiera se ponen de acuerdo para posibles alianzas electorales. No sería desacertado suponer que, tal vez, están aguardando la presencia milagrosa de un comodín salvador, como fue Fernando Lugo en 2007. Nuestra vida política transcurre como en las telenovelas: después de cien capítulos, se repiten las mismas escenas. Buen provecho.