Aunque el proselitismo interno de la ANR marcaba la agenda política nacional desde hace varios meses, la semana pasada se desataron tormentas que dejaron las campañas electorales en un aparente segundo plano para la opinión pública en general; sin embargo, algunos de los hechos transcurridos tienen su origen en esa contienda interna del partido de gobierno, que por cierto tiene cada vez menos protagonismo en las decisiones de un Ejecutivo que se valió de su electorado para llegar al poder y luego dejarlo de lado.

La operación A ultranza Py removió el interior del oficialismo cuando, en menos de lo que canta un gallo, uno de los diputados y referentes políticos del primer anillo del precandidato del movimiento Fuerza Republicana (ex-Añetete) pasó de ocupar su curul en la Cámara de Diputados a compartir una celda en la cárcel de máxima seguridad de Emboscada.

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Sin dudas, las andanzas del ya calificado como “narcodiputado” Juan Carlos Ozorio, ahora ya extitular de una importante cooperativa asuncena, elevaron la temperatura política de una semana cuyo epicentro estuvo justamente en la Cámara Baja, a la cual Ozorio presentó renuncia indeclinable, luego de compartir varios viajes a Colombia en el último año con el pastor José Insfrán, uno de los integrantes del clan Insfrán, varios de ellos prófugos de A ultranza py, y quienes estarían estrechamente vinculados al tráfico de cocaína de alta pureza.

La caída de Alberto Koube, hermano de Daniel Koube, candidato a concejal asunceno e integrante del mismo entorno político de Juan Carlos Ozorio, el movimiento Fuerza Republicana (que postula como precandidato al actual vicepresidente en ejercicio, Hugo Velázquez); desató un tendal de allanamientos comandado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público, y coordinado por la Administración de Control de Drogas (DEA) estadounidense.

Gran cantidad de residencias, vehículos, yates (algo que le costó el cargo al ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional, Joaquín Roa), entre otros objetos de gran valor, fueron parte de las decenas de allanamientos que se realizaron en diferentes puntos del país y todo lo incautado quedó a cargo de la Secretaría Nacional de Administración de Bienes Incautados y Comisados (Senabico).

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Esta institución, Senabico, tampoco escapó a la onda expansiva generada por los diferentes ajetreos políticos de una semana intensa y se vio salpicada cuando el exministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, llegó a la sede del Ministerio Público a brindar declaración testifical en un lujoso vehículo incautado por las autoridades a un supuesto narcotraficante y que le fue asignado al ahora exfuncionario, poniendo de nuevo al cuestionado y destituido Giuzzio como cabeza de las noticias relacionadas al mundo del narcotráfico.

Este exfiscal, exministro de la Senad y ahora exministro del Interior nunca lo admitió abiertamente, pero los comentarios apuntaban a que tenía intenciones de presentar su candidatura para el Senado, cámara en la que fue electo en algún momento.

Tampoco era descabellado pensar que su postulación hubiera corrido en el movimiento Fuerza Republicana, teniendo en cuenta la ardiente defensa que hizo Hugo Velázquez y los medios de comunicación afines a su proyecto de la gestión de Giuzzio y, sobre todo, de sus denuncias en contra del expresidente Horacio Cartes, casualmente líder del movimiento que se opone internamente al proyecto de Velázquez.

Ser el “pato de la boda” es una expresión popular donde a una persona se le atribuyen culpas o responsabilidades ajenas, y como una cosa lleva a la otra, esta semana que ha sido pródiga en generar contenido polémico en el entorno político puso en portada al actual ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, quien aceptó el ofrecimiento de Velázquez para integrar la dupla de cara a las internas del 18 de diciembre próximo, generando reacciones del gremio de maestros, al confirmar con esta decisión que un importante ministerio, quizás el más importante, es solo utilizado como “trampolín político”, pero también generó especulaciones sobre los motivos que llevaron a Velázquez a ofrecer el cargo al ministro cuando todo parecía indicar que una mujer sería la designada.

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Y entre reclamos, allanamientos, renuncias, detenciones y sorpresas, en la Cámara de Diputados se produce una situación bastante llamativa, que posiblemente marcará el camino interno de los colorados, pues el oficialismo en alianza (o connivencia) con grupos opositores, la mayoría de ellos, propulsores del fracasado slogan “ANR Nunca Más”, lograron imponer a un liberal como presidente de dicho cuerpo legislativo luego de surgir el nombre de Carlos María López en un evento de azar: el sorteo.

En medio del escándalo entreguista, la diputada Celeste Amarilla lanzó graves acusaciones en contra de sus colegas, aunque más tarde pidió disculpas por hacerlo sin pruebas, ya que las querellas por difamación y calumnia estaban camino a oficializarse.

Parecía que la semana se cerraba con esta situación de traición republicana, como fue calificada por gran parte de los referentes colorados, cuando la filtración de videos que evidencian la participación de personal de la Armada Paraguaya en un esquema de protección al contrabando hizo temblar el ambiente político en una opinión pública que aún no se recuperaba de la imagen impactante de un diputado esposado rumbo a la cárcel, cuando solo algunos días atrás su figura rodeaba a la del vicepresidente, acompañado del pastor de una congregación religiosa de Canindeyú, hoy prófugo de un operativo encabezado por la DEA.

El “zar anticontrabando”, Emilio Fuster, quien en sus redes sociales alardea de incautaciones de 300 gallinas, mencionando al propio jefe de Estado en esas publicaciones, salió a “explicar” que lo expuesto por el periodista Alfredo Guachiré es totalmente verdadero, pero que ellos ya estaban a punto de hacerlo público también, cuando que los hechos sucedieron en junio del año pasado.

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Mientras tanto, el lazo de sangre entre el comandante de la Armada, Carlos Velázquez, y el vicepresidente y precandidato de Fuerza Republicana, Hugo Velázquez, no solo le ha agregado mucha suspicacia a la situación, también sospechas.

A consecuencia de esta situación, desde la Unión Industrial Paraguaya ya piden cambios en la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando, encabezada por Emilio Fuster, y en todas las instituciones donde no hay resultados contra el contrabando.