El licenciado Luis Calderón, titular de la Organización Socorro, creada en el 2007 para luchar a favor de las víctimas de la delincuencia y cuyos miembros han sido víctimas del flagelo que azota a la ciudadanía, calificaron de inoperante al ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, y piden a Mario Abdo Benítez su remoción del cargo.

“La criminalidad va en aumento, mientras el país carece de política de seguridad y Giuzzio no llena las expectativas para seguir al frente de la cartera del Interior; todo se maneja de manera improvisada”, manifestó Luis Calderón, presidente de la organización.

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Indicó que para la ciudadanía ya no hay más tiempo y es hora de que el presidente Mario Abdo Benítez lo remueva del cargo, un clamor que también se replica en varios estamentos sociales y en medios de comunicación.

“Hay que hacer un abordaje integral de la problemática y un diagnóstico real de la situación de inseguridad en el país. Giuzzio no llena la expectativa. El mismo presidente lo había emplazado por falta de resultado y creemos que no tiene el equipo adecuado para poder dar cierta seguridad a nuestro país y creemos también que el cambio es oportuno. Es conveniente un cambio en materia de seguridad porque los delitos van creciendo y se van diversificando en el país”, afirmó el titular de la Organización Socorro.

La delincuencia es un problema transversal a toda la ciudadanía y no discrimina edad, sexo ni estrato socioeconómico, generando incluso víctimas fatales. Desde la Organización Socorro, nacida en el 2007, explican que se deben plantear soluciones estructurales y sistémicas, apoyadas por una política de Estado. “Estamos a tiempo y debemos dejar de lado la improvisación permanente para abordar la problemática de forma integral y no tratarla solamente como un tema policial”, afirmó Calderón.

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Los reclamos de la ciudadanía en general apuntan como nunca al titular del Ministerio del Interior y el presidente Abdo Benítez ya le había dado un ultimátum de 90 días para lograr resultados en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado, pero este plazo ya feneció y Giuzzio sigue “atornillado” en el cargo, lo que comienza a generar suspicacias acerca del verdadero motivo de su permanencia como parte del gabinete.

Esta situación se suma a las denuncias en contra el ministro del Interior por enriquecimiento ilícito, declaración falsa y tráfico de influencias.