Por Lourdes Torres - lourdes.torres@gruponacion.com.py
La importancia de la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú para el Paraguay motivó al diario La Nación a ofrecer desde el lunes pasado a sus lectores una serie de publicaciones en las que se detallan las opiniones técnicas, políticas y diplomáticas brindadas por referentes del sector energético y exautoridades cuyos cargos estuvieron vinculados a dicho sector.
De las diferentes visiones recabadas en estos siete días a través de entrevistas exclusivas se puede rescatar que existe una lectura de que Paraguay debería ya tener una postura clara o una estrategia definida para sentarse a negociar con el Brasil.
En esta séptima edición, al igual que las anteriores, la intención es ofrecer al lector una visión detallada de lo que es la cuestión, cómo se avanzó hasta el momento y cómo está parado nuestro país con miras a las negociaciones que se darán en agosto del 2023. Para ello accedimos a una entrevista con el economista Rubén Ramírez, quien en su momento llegó a ser canciller nacional.
En ese sentido, Ramírez señaló que, hasta ahora, no está viendo ni encontró información oficial del Gobierno para opinar sobre la postura concreta que sostiene Paraguay en esta negociación. Considera que existe una falta de transparencia por parte del Gobierno en toda esta delicada negociación, principalmente sobre cuál es la estrategia que tiene Paraguay para negociar el Anexo C con el Brasil.
Lea el primer material: Las claves de Itaipú: soberanía y trato justo para Paraguay están en juego
Respecto a la estrategia de una tarifa más baja o más alta, indicó que más allá de lo que comunica el Gobierno sobre las inversiones que está haciendo la Administración Nacional de Electricidad (Ande) en las líneas de transmisión y distribución, estas no son suficientes en infraestructura adecuada para que Paraguay pueda retirar la totalidad del 50% de la energía que produce Itaipú y que le corresponde, para luego vender a precio de mercado local o internacionalmente.
“Si Paraguay se compromete a comprar el 50% de la energía, tiene que invertir ese dinero cada año, y ese consumo de energía no tiene Paraguay. Pero sí podría venderla, así como lo hace Argentina con Yacyretá, que compra la energía a la Entidad Binacional, para luego venderla al Brasil. Si tenemos la posibilidad de vender energía a la Argentina a precio de mercado, es un ejemplo. O bien, podríamos venderla a una empresa de Brasil, o a otra empresa internacional que se instale en Paraguay y compre la energía; o al mercado internacional de capitales, licitando la energía de Itaipú por los próximos 10 o 20 años a valores del mercado. Son las opciones que uno podría bajar a la mesa de negociación”, afirmó.
Pero observando la situación actual de Paraguay, el excanciller nacional indicó que no conoce cuál es la estrategia de negociación de nuestro país en este momento, por lo que no puede opinar si las acciones que lleva adelante el Gobierno son las correctas o no, debido a esa falta de transparencia. “Lo que sí puedo opinar es sobre lo que observo. En ese sentido, no identifico una estrategia de Paraguay en la que pueda decir que ésta es nuestra posición, y si Brasil no contesta entiendo que esa es su respuesta. No tenemos la posibilidad de obligarle a Brasil a que se siente a negociar, porque no hay una estrategia clara. En este momento de las negociaciones Brasil aplica el principio de pacta sunt servanda (lo pactado obliga)”, expresó.
Componentes de la tarifa están variando
El economista explicó que la revisión del Anexo C incluye las bases financieras y de prestación de los servicios de electricidad (regalías y tarifas), procedimientos, contratación, cálculo de la tarifa de energía y las deudas. Es decir, en el Anexo “C” se establece cómo se hará la entrega de la energía a ambos países y, por sobre todo, cómo calcular el costo de la producción, cuyo mayor y principal ingrediente actualmente es el pago de capital y sus intereses, que desaparecerán en el 2023, al pagarse toda la deuda.
En este anexo, por ejemplo, no se establece el derecho de nuestro país para disponer libremente y poder comercializar a terceros su parte, (50%) de la energía de la binacional. Tampoco sobre el precio justo (o sea de mercado) por la energía que no usamos y que le cedemos al Brasil.
Entre tanto, el Capítulo III es el más importante, atendiendo que se establece el costo de la energía producida por la binacional. Son varios los ítems que se tiene en cuenta para tener la tarifa de la electricidad. Están los denominados administrativos que son los costos de producción, además de la capitalización de la Ande y Eletrobrás, los montos de royalties y las inversiones que hace la entidad binacional en su propia estructura. Pero la principal y la más pesada son los pagos de las deudas y sus intereses hasta el año 2023.
Al respecto, considera que la renegociación ya debió comenzar mucho antes de que se cumplan con todos los pagos de la deuda y reiteró que la variable más importante y que hará cambiar el costo de energía producida y la tarifa de acuerdo con la vigencia del Anexo “C” hasta el 2023 es la deuda. “Era un componente, y digo era, porque prácticamente ya se está por pagar toda la deuda este año y con lo cual hace que la tarifa caiga periódicamente a su mínima expresión histórica. Esto significa que cada mes, por esa ecuación de las variables que contiene el Anexo C vigente va cayendo la tarifa”, detalló.
Es por esta razón que considera que cuanto antes se negocie la tarifa final en un nuevo anexo que sustituya para el 2023, eso será clave para el Paraguay. No obstante, reconoció que cada país busca su interés principal, en el caso de Brasil busca reducir la tarifa a toda costa, porque son los principales consumidores de la energía de la Itaipú Binacional. Mientras que a Paraguay le conviene mantener la tarifa más alta, porque es el que vende y cobra royalties por esa energía producida no consumida. Si tuviese la infraestructura y los recursos financieros para comprometer la compra del 50% de la energía, podría entonces aceptar una tarifa baja, lo que no es el caso en la actualidad.
El 2023 con dos gobiernos distintos
Por otra parte, Rubén Ramírez señaló que la negociación en el 2023 va ser un tanto difícil, porque en ambos países habrá nuevos gobiernos, tanto en Brasil como en Paraguay se estará eligiendo nuevos presidentes.
“Por eso insisto que la negociación comenzó hace 5 años, hace mucho tiempo ya se debía haber establecido las pautas y los escenarios para esta negociación, lo cual no se hizo. Hubo muchos errores, obviamente casi le costó el cargo al presidente de la República con un juicio político. Obviamente es necesario tener conciencia del impacto que tiene para el desarrollo económico y social del país; y coincido que Itaipú es una cuestión de prioridad nacional”, enfatizó.
Por otra parte, el exministro de Relaciones Exteriores señaló que esta negociación es neta responsabilidad del Poder Ejecutivo e indicó que el mismo Tratado establece cuáles son las contrapartes de cada país; está el Consejo de Administración de la Binacional integrado por consejeros de ambos países, luego las altas partes contratantes que son los cancilleres nacionales y los presidentes de ambas Repúblicas. Luego, el instrumento resultante de la negociación, en cada país de acuerdo con su legislación, deberá ser ratificado en sus respectivos congresos nacionales, para la plena vigencia.
“Por eso es importante un mecanismo o una estrategia para que el Ejecutivo tenga el pleno respaldo del Poder Legislativo y de la sociedad paraguaya, para poder construir una posición, pero para eso debe haber confianza y eso es lo que se necesita construir de acuerdo con la estrategia compartida y consensuada entre todas las partes y decir, bueno, esta es la posición de la República del Paraguay”, aseveró.
Asimismo, resaltó que la socialización de la postura de Paraguay es clave para que la sociedad comprenda qué se está defendiendo, qué se está proponiendo, y cuáles son los objetivos mayores y cuáles son los no aceptables para que haya una posición nacional que sea convergente.
Construir una estrategia clara
En ese entendimiento, Ramírez sostuvo que Paraguay debe construir una estrategia que permita al país encontrar un equilibrio para que sus intereses no se diluyan a la luz de lo que Brasil está haciendo, que es la aplicación de la letra del acuerdo establecido en el Tratado, en el Anexo C; es decir, comenzar a reducir la tarifa porque la deuda ya está por ser saldada.
A partir de ahora, lo que le queda a Paraguay, y es fundamental que se ponga en agenda, no la negociación de la tarifa, sino que hay que llevar adelante algo que está contemplado en el Tratado, que son las obras complementarias necesarias. La otra opción de negociación, y atendiendo que Brasil busca reducir la tarifa, es que Paraguay debe poder salir al mercado financiero internacional a vender por los próximos 20 años toda la producción energética al precio que hoy tiene el Anexo C.
“Allí sí que necesitamos tener una ley que construya un fondo de reservas contingentes que sea intocable, salvo para los objetivos bien definidos, de manera a que tampoco haya una mala utilización de esos recursos, que serán resultado de la venta anticipada de energía genuina y se ajuste a los mejores precios del mercado internacional. Creo que por ahí hay una posición para poder decir vamos a negociar”, subrayó.
En ese contexto, lamentó que no exista una comunicación efectiva sobre qué es lo que se está haciendo y afirmó que esto puede tener dos justificativos, por una parte, ya están en una negociación sobre la que no quieren compartir la estrategia, para que la contraparte no conozca; o realmente, no hay estrategia y las consecuencias las estamos viendo. Yo creo que hay una situación muy compleja a la luz de los resultados que estamos viendo sobre la mesa” acotó.
La búsqueda del consenso es una prioridad
A la luz de todo lo que se está observando y atendiendo a que se está entrando a un año electoral, el excanciller insistió que este tema ya se debió comenzar a renegociar desde antes. Teniendo en cuenta que habrá elecciones primarias y generales en ambos países, políticamente es muy difícil construir consenso. Pero refirió que sería muy adecuado que los altos representantes y líderes políticos puedan consensuar algo por el bien de la Nación.
“Creo que por lo menos deberían hacer todo el esfuerzo para construir esa confianza y consenso, y que el debate pueda identificar quién está a favor de los intereses nacionales o simplemente tiene intereses personales o coyunturales. No obstante, hay que intentarlo, no se puede dejar de hacerlo, porque excusas hay miles para no alcanzar un consenso”, abogó.
Finalmente, remarcó que no se trata del éxito de un proyecto político, sino del éxito de una nación, y es lo que debemos perseguir todos los paraguayos. “Uno de los activos más importantes de la República del Paraguay es la hidroeléctrica binacional Itaipú, y es un activo sobre el cual debemos tener todo el control y toda la capacidad para que sea un generador de bienestar y riquezas para el país y todos los paraguayos”, concluyó.