El excanciller nacional Eladio Loizaga considera poco amistosa hacia el Mercosur la posible salida del gobierno de Brasil de organismos multilaterales. El anuncio se dio porque el país vecino considera que hay una diferencia en cuanto al aporte y el uso que reciben.
Para Loizaga, una propuesta de esta naturaleza lógicamente va contra el Mercosur, contra el espíritu solidario que se busca impulsar desde este organismo. “No es amistoso hacia el Mercosur, la propuesta que ponen sobre el tapete en un comunicado tiene similitud con lo que hizo Trump”, indicó en contacto con la 780 am.
El gobierno de Brasil estudia una salida de algunos organismos multilaterales para reducir su gasto en cuotas de participación en los mismos y dado que algunos tienen funciones duplicadas.
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Ante este cuestionamiento y esta situación que se expone, sostuvo que se debe encontrar un equilibrio y no ser egoístas para que también Brasil aporte para que los países vecinos estén bien. Consideró que Brasil por muchos años tuvo la vocación de ser un jugador internacional en la región, asumiendo un rol importante para países de la región como vocero importante frente a los países desarrollados.
Loizaga recordó que el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur fue creado con Paraguay como uno de los impulsores para minimizar la gran asimetría de Paraguay y Uruguay con respecto a Brasil y Argentina. “Si bien, es cierto, nosotros llevamos un porcentaje muy alto, gracias a eso tenemos la Costanera Norte”, enfatizó. Pero alegó que Brasil también sale beneficiado con las obras que se logran a través de estos fondos.
Como el acuerdo para la construcción del puente Murthino-Carmelo Peralta, importante para Brasil, Chile, Argentina y nosotros. Por eso el excanciller no entiende lo que buscan, “me parece muy pequeño al señalar esta cuestión”, recalcó.
El Ministerio de Economía del país vecino destacó que los fondos Fonplata (Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Río Plata) y el Focem (Fondo para la Convergencia Estructural de Mercosur) tienen entre sus integrantes a casi los mismos países con funciones similares, y le cuestan 550 millones de reales brasileños cada año.
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