La fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, afirmó que el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) apunta a ahuyentar a las familias menonitas instaladas en el Norte. Dijo que antes el grupo delincuencial se abocaba a un adoctrinamiento ideológico, pero ahora pretenden crean terror, sin diferenciar que las víctimas de secuestro sean personas humildes o acaudaladas.

“La persona que está en este momento secuestrada es humilde y trabajadora. Pero detrás de ella hay una comunidad que hace bastante tiempo el EPP viene hostigando, que es la comunidad menonita”, dijo, en entrevista en Unicanal, al referirse al secuestro del electricista Pedro Reimer, de origen menonita que continúa en poder de sus captores.

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Con respecto a la exigencia hecha a la familia del secuestrado, que debe entregar víveres a varias comunidades, la titular del Ministerio Público destacó que tras mucho tiempo, nuevamente el grupo pide beneficiar a sus familiares directos que viven en los sitios mencionados en el panfleto dirigido a la comunidad menonita.

“Aparece Sidepar, Correa Ruguá, aparecen todos los lugares donde están los familiares de los miembros del EPP. He visto el comunicado, escrito puño y letra de Manuel Cristaldo Mieres y algunos de Liliana Villalba, conozco muy bien sus letras”, detalló.

Industria del secuestro

La fiscala general del Estado mencionó que, desde el plagio de María Edith de Debernardi, ocurrido hace 20 años, el EPP viene siguiendo el mismo esquema y así fueron instalando la industria del secuestro. “Hoy en día ellos están pretendiendo crear un terror en la comunidad menonita y que vayan a sus respectivos países. Constantemente están poniendo no a la soja, no al trabajo que realizan ellos, que van a quemar sus tractores y lo hacen”, acotó.

Otra peculiaridad descripta por Quiñónez es que anteriormente los miembros del EPP tenían personas ideológicamente mejor preparadas y era común encontrar rastros y elementos de sus habituales prácticas en los sitios de entrenamiento.

Sin embargo, en la actualidad, en los campamentos se hallan provistas, armamentos y municiones. “Anteriormente uno más encontraba elementos ideológicos y que daban un adoctrinamiento ideológico que ahora ya no lo tienen. Y ellos cumplían porque hacían una industria de eso. Hoy en día ellos están pretendiendo crear un terror”, concluyó.

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