El monseñor Ricardo Valenzuela dirigió su mensaje por el día de la Virgen de Caacupé contra la inequidad del modelo económico actual y la inseguridad que se ve reflejada en el norte del país con los secuestros. Transmitió el deber de trabajar por el bien común desde las políticas públicas para luchar contra estos males.
Ante los últimos casos de secuestros que siguen formando parte de la agenda, también manifestó unas palabras en contra de quienes abusan a través de la violencia para secuestrar, asesinar y extorsionar en la zona norte del país. Recordó a los familiares de Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo.
“La violencia siempre estuvo presente en las disputas políticas para acceder al poder como una forma de dirimir las diferencias, pero esa forma de tomar las armas en nombre de las instituciones para hacer valer la razón de una de las partes quedó en el pasado”, reza la carta del obispo de Caacupé al culminar la misa central por la festividad de la virgen.
Continuó diciendo que la violencia adquiere otras formas, como la que se da con los forajidos del Norte, secuestrando, asesinando a personas inocentes y extorsionando a las instituciones. “Esa es la triste realidad que soportaron varias familias y soportan, hoy, las familias de Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo, secuestrados y sin noticias ciertas para sus atormentados allegados”, expresó monseñor en su carta.
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Cortar las ambiciones
También ocupó un mensaje la mala administración de recursos públicos que se da en el Presupuesto General de la Nación (PGN), una de las herramientas a las que se refirió el obispo para recalcar la relevancia de los asuntos financieros a fin de dar prioridad a los aspectos sociales. “Falta más compromiso de quienes aportan a este presupuesto y falta cortar las ambiciones de quienes quieren más y más sin importarles que no haya de dónde sacar más”, recriminó.
En el mismo contexto, recordó que se acerca la fecha para la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, cuyo tratamiento y negociación causan intriga y curiosidad por el manejo de la información de un tema que atañe al Estado y a la ciudadanía. “Necesitamos, además, patriotismo para tratar el tema y para exigir a quienes negocian y negociarán nuestro futuro. No demos pasos en falso que condicionen el porvenir de la nación”, refirió.
Finalmente, apunta al perfil de los líderes políticos que deben ser reformados o cambiados ante los problemas que aquejan el día a día en la República. La solución no es cambiar personas simplemente, sino más bien “necesitamos líderes íntegros, honestos, con mentalidad sana, confiables, comprometidos con la verdad, serviciales y ambiciosos con el cumplimiento de sus planes y promesas empeñadas”, sentenció.
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