A pesar de los tristes antecedentes que continúa dejando la industria del secuestro en Paraguay, con varias familias enlutadas, el encargado de la seguridad interna, Arnaldo Giuzzio, sigue negando la existencia del flagelo instalado en el país exactamente hace 20 años con el secuestro de la empresaria María Edith Bordón de Debernardi, en el año 2001, ejecutado por el grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que aún continúa vigente.
Aún en el cargo y con la bendición del presidente Mario Abdo Benítez, quien hoy volvió a ignorar las consultas periodísticas en torno al criticado desempeño de su secretario de Estado Giuzzio, no solo se toma el tiempo para poder ignorar la ola de inseguridad en el país calificándolo solo como una “sensación”, sino que a la vez desconoce el negocio rentable de los criminales.
“Hablar de industria significa una empresa que genera rédito, que genera recursos y en realidad acá no está ocurriendo eso. Acá los únicos beneficiados son un grupo reducido, el EPP. Tenemos tres secuestros vigentes, pero somos optimistas, creemos que las acciones que se hicieron posteriormente también desmotivaron mucho la instalación de esa acción, que hoy quiere ser una industria. No lo es aún”, expresó generando de esta manera un gran repudio.
La nómina de las víctimas de la industria del secuestro en el país no solo se centra en familias con gran poder económico, ya sean empresarios o políticos, sino también está conformada por empleados de estancias, productores, jóvenes estudiantes así como agentes policiales, como es el caso del suboficial Edelio Morínigo, entre otras tantas víctimas.
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Entre los ejemplos claros y recientes ocurridos durante el presente año e incluso como hecho irónico durante su gestión se encuentra por ejemplo lo acontecido en la fecha respecto al secuestro y posterior asesinato de un ciudadano alemán y otras dos personas.
El colono menonita Helmut Ediger, de 74 años de edad, con sus trabajadores se encontraban en su establecimiento ganadero en la zona de Santaní al momento del rapto. Se menciona que el grupo del conocido asaltabancos Amado Ramón Benítez sería el autor del secuestro, asalto y crimen. Al respecto mencionan que se exigió la suma de G. 2.000 millones para su rescate.
Otro reciente acontecimiento se registró en el mes de agosto en el departamento de Alto Paraná, resultando víctima de secuestro la ciudadana brasileña Sandra Cristina Maceda, de 56 años, quien finalmente fue rescatada por el organismo de seguridad. Para su liberación, los criminales habían exigido una suma total de 250.000 dólares.