Los violentos altercados sucedidos en la mañana del miércoles en las adyacencias del Congreso Nacional hicieron que Pedro Alliana, presidente de la Cámara de Diputados, criticara la actuación de Arnaldo Giuzzio, ministro del Interior, quien está al frente de la seguridad interna del país.
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El cuestionado ministro enfrenta también una violenta ola criminal con casos de sicariatos incluidos en varias ciudades del país, además de las invasiones a propiedades privadas en zonas rurales en algunos puntos del país.
Se deben cortar cabezas
Alliana calificó a Giuzzio como “el peor ministro del Interior que le pudo tocar a este gobierno” y agregó que el presidente debe cortar cabezas. “No nos va a hacer cambiar nuestra posición sobre este tema. Creemos que es lo mejor darle seguridad a la gente sobre su propiedad y castigar a los invasores”, expresó el presidente de la Cámara Baja en referencia al tratamiento del proyecto de ley que eleva las penas para quienes invadan propiedades privadas.
Arnaldo Giuzzio es blanco de duras críticas no solo por parte de periodistas o referentes políticos, como él mismo señala, sino por toda una ciudadanía afectada por la ola de asaltos callejeros, a domicilio y comercios, además de los crímenes por encargo. La crítica por el trabajo de Giuzzio al frente del Ministerio del Interior también se extendió a la inacción en el caso del joven político colorado asesinado en la localidad de Itakyry, Alto Paraná.
A comienzos del mes de setiembre, Giuzzio había presentado su renuncia al presidente Mario Abdo Benítez, pero este le confirmó en el cargo y le dio entre 60 a 90 días para obtener resultados ante la ola de inseguridad.
Violencia en las calles
La manifestación realizada por indígenas y campesinos en las inmediaciones del Congreso Nacional contra el proyecto de ley que aumenta las penas a los invasores derivó en un enfrentamiento contra los agentes de la Policía Nacional. Hay varios vehículos quemados, entre ellos una motocicleta de la Policía Nacional y otros quedaron con vidrios rotos, todos apoyados por un sector de la izquierda radical.
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La Policía Nacional recurrió a los carros hidrantes para tratar de controlar los incidentes y evitar que el fuego avance. De momento al menos tres vehículos fueron quemados. La movilización también es apoyada por los indígenas y más labriegos llegarían en las próximas horas a la capital.