En conferencia de prensa esta mañana, la familia del exvicepresidente Óscar Denis, secuestrado hace 11 meses, dijo que ven cómo los grupos terroristas que operan en el sufrido norte de nuestro amado Paraguay hacen su voluntad atacando y matando a civiles, policías y militares.
“Nos solidarizamos con las familias de Leónido Medina, suboficial principal Dionisio Ávalos, suboficial inspector Odelio Insaurralde, sargentos primeros Lauro Ramón Monzón, Mauricio Pérez y Eulalio Espinoza, asesinados brutalmente en atentados contra nuestra República”, indicó Beatriz Denis.
Aseguró que hoy en día es más evidente lo que sostienen desde el secuestro de su padre, y el Estado necesita tomar en serio la amenaza que representan los grupos terroristas que tienen secuestrados a Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo, y que ya han segado tantas vidas inocentes. “En la medida en que el Gobierno no pueda hacer frente al terrible problema de seguridad que representa el EPP, el secuestro, el asesinato, la extorsión o reclutamiento forzado le puede tocar a cualquiera”, apuntó.
Gobierno no garantiza derecho a la libertad
Señaló que el propio presidente Mario Abdo Benítez por fin ha reconocido a través de un tuit que nos enfrentamos a grupos terroristas. “Rogamos porque su Gobierno adopte una disposición para enfrentarlos como tales. Han pasado 11 meses desde el secuestro de nuestro padre, un paraguayo de bien que ha dedicado su vida al trabajo y al servicio. Sus captores no nos ofrecen noticias de su salud, paradero y el Gobierno no ha podido garantizarle el básico derecho a la libertad”, lamentó.
Denis cuestionó, ¿cuántas muertes más, cuántas familias más deben romperse a la fuerza con secuestros y emboscadas, realizados por grupos que desprecian la vida para que nuestros líderes en Asunción tomen en serio esta situación y actúen para garantizar la libertad y la vida de nosotros los habitantes del Norte?
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Sostuvo que los recientes hechos de violencia en esta región nos dan la pauta de que la vida para el EPP no tiene valor alguno. “Sea de un peón o de un ganadero, un político o de cualquier ciudadano, su violencia no discrimina la tarea que realizan sus víctimas ni que sean hombres o mujeres, niños, niñas o adultos, extraños o miembros de su propia familia. La vida, está claro, no vale nada para el EPP, sea quien sea”, expuso.
Es el momento de pedir ayuda internacional
Remarcó que se debe erradicar el mito de que el EPP secuestra a ricos, si sigue a sus fines, no importa quién seas, rico o pobre, les da igual. “Llevamos 11 meses esperando a papá, 11 meses en los cuales debido a la indiferencia tanto de los secuestradores como del Gobierno, solo hemos encontrado refugio en nuestra fe. Todos nuestros ruegos al EPP para que abra un canal de comunicación para que pueda llevar al retorno de papá han sido vanos. Nuestros pedidos al presidente de que involucre a la Cruz Roja para negociar la liberación de papá han sido pasados por alto, arguyendo indolentes motivos políticos. Creemos que es el momento de que el Gobierno solicite ayuda internacional”, enfatizó la hija del exvicemandatario.
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“Esperamos que este gobierno tenga el coraje de terminar con la industria del secuestro, la muerte y la extorsión, o que reconozca que no es capaz de brindar seguridad y tranquilidad en el país. Este es el momento en que el Estado accione y haga respetar la Constitución y la ley, así como sus líderes juraron, y que aseguren la libertad de los secuestrados y el futuro de esta nación. Libertad para Óscar Denis, libertad para papá, libertad para Félix, libertad para Edelio. Que vuelvan los tres”, finalizó diciendo una de las hijas del exvicepresidente secuestrado.
Confirmó que luego de la nota dejada en la propiedad de los Lindstron no hubo ningún otro intento de contacto con los epepistas e igualmente que la que comunicación con autoridades sigue habiendo, pero la respuesta siempre es la misma de que no hay ninguna novedad. Lamentó mucho la muerte de los policías y militares.
El exvicepresidente de la República fue secuestrado el 9 de setiembre del 2020 en la zona de Yby Yaú, Concepción, en las cercanías de su estancia Tranquerita por miembros grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).