La fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, no descartó que el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) se desplace a zonas urbanas luego del último ataque perpetrado en el Norte y la detención de uno de sus supuestos miembros en Villeta.
“No podemos descartar nada. Tenemos que tomar todas las medidas necesarias”, alertó Quiñónez en entrevista con la radio 780 AM, al mencionar que el atentado a los integrantes de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) fue un mensaje de que están activos y, además, podría estar asociado al compurgamiento de pena de su líder Carmen Villalba, que sigue en prisión.
“Tenemos que empezar a entender que utilizan a este tipo de personas (de comunidades indígenas) para hacer su (trabajo de) inteligencia y como logístico lo utilizan perfectamente”, señaló al aludir al joven Jonhy Paredes Gauto, de 19 años, quien es investigado si es desertor o realiza un trabajo de inteligencia para el grupo delincuencial.
“Cuando ellos (el EPP) están callados por mucho tiempo, eso es una señal. No es una señal de debilidad, sino una señal de que se están preparando”, explicó la fiscala general al insistir que el mensaje principal emitido con el trágico suceso de ayer es “que dicen aquí estamos, seguimos”. “Ese es el mensaje principal (con el ataque). Es un mensaje también que estaban esperando la libertad de su líder y no se dio”, acotó.
Quiñónez hizo especial mención a Manuel Cristaldo Mieres, de quien destacó que es “uno de los mejores explosivistas” y que estuvo con las FARC en las montañas de Colombia. De esa manera apoyó la hipótesis de que el EPP es capaz de preparar dispositivos como el que mató a los tres militares en la víspera. El ataque se registró en la estancia Pa’i Cuara, ubicada a 36 kilómetros del campamento SAP 6 de la FTC.
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