El exministro Gustavo Leite sostuvo que es preocupante la situación política del gobierno actual tras el pacto abdo-luguista en el Senado plasmado por el oficialismo y la oposición. En este sentido, el exsecretario de Estado mencionó que en la actualidad es el Legislativo, principalmente la Cámara Alta, el que gobierna el país.

“A mí me preocupa más el Legislativo, si miramos el Senado hoy maneja el país, el Senado hoy subvierte casi diría el régimen constitucional todas las veces, y lo hizo desde el primer minuto que dijo: ‘Yo no voy a aceptar a senadores que la Justicia Electoral me dice que son senadores’. Lo hace cuando hace lo que quiere con el presupuesto”, dijo en entrevista para el canal GEN.

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En este sentido, con relación al sector de izquierda que está actuando en concordancia con el oficialismo, principalmente sus actores políticos como los senadores, mencionó que ser de izquierda no está mal, sino que lo que está mal es imponer ciertas ideologías y acciones que pretendan instalar un modelo de gobierno que ha fracasado en muchos países de la región.

“Ser de izquierda no es un pecado, hay izquierdas saludables en países con democracias superfuertes, el problema es cuando pretendés por la fuerza de la calle, por un lado, por el debilitamiento de la economía a propósito, por otro, instalar un modelo que fracasó, por lo que vemos ahora en Cuba, en Argentina, en Venezuela”, manifestó.

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Agregó, además, que “Paraguay tiene que entresacar el trigo de la paja, tenemos que saber quién está con quién, quien está con el otro, y no es mal que haya tres o cinco bandos, lo que está mal es que haya un bando que encubiertamente diga: ‘La lucha de los pobres que no tienen tierra se justifica y pueden tener armas’”.

Con relación al oficialismo, refiriéndose al movimiento Colorado Añetete, liderado por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y del Poder Ejecutivo propiamente dicho, se encuentra dividido entre el mandatario y el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez. “El oficialismo está hoy, no sé si dividido, pero sí con motivaciones diferentes. Entiéndase el oficialismo como el presidente y el vicepresidente, el oficialismo del Ejecutivo”, sentenció.

En este contexto, indicó que existen intereses por ambas partes. Por un lado, el presidente quiere llegar al 2023 a cualquier precio, mientras el vicepresidente quiere mantener la relación con las bases partidarias. “El presidente está con ganas de vender hasta a su madre para llegar al 2023, no importa que el pueblo paraguayo siga sufriendo; el vicepresidente está como para no herir a las bases duras de lo que sea que quede de Añetete y que no le desgaste tanto la pésima gestión del presidente”, puntualizó.

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