El embajador paraguayo en Cuba, Bernardino Cano Radil, analizó la crisis desatada en la isla donde ayer la gente salió a manifestarse en las calles exigiendo el fin del sistema de gobierno que rige este país desde hace seis décadas. El diplomático calificó de “delicado y crítico” el momento que se está viviendo en ese país caribeño, esto al aludir a la acentuada crisis económica a la que ahora se agrega lo político.
“Este es un proceso que se inició hace unos meses que es una especie de resistencia civil al gobierno actual en la República de Cuba. Está liderada por intelectuales, jóvenes artistas y algunas personas que forman parte de esos grupos de élite en Cuba”, comentó en diálogo con Telefuturo.
Dijo que los cubanos afrontan un “momento muy delicado y crítico” donde el problema fundamental radica en la situación económica y de carencias que está viviendo la población.
Cano Radil indicó que no hay paraguayos residentes en la isla que hayan sido afectados por las protestas, al asegurar que se mantiene en constante comunicación con los compatriotas.
Hartos de la crisis económica, miles de cubanos se manifestaron este domingo en varias regiones al grito de “¡libertad!” y “¡abajo la dictadura!”, mientras que el presidente Miguel Díaz-Canel convocó a sus partidarios a tomar las calles, refieren reportes de agencias internacionales de noticias. En una alocución televisada, Díaz-Canel acusó a”la mafia cubano-americana” de estar detrás del levantamiento popular.
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La Cancillería condecoró a Cano Radil tras fallecer por COVID-19
El Ministerio de Relaciones Exteriores realizó hoy la condecoración póstuma al exembajador paraguayo ante Cuba Bernardino Cano Radil, quien falleció el domingo en la Habana, capital del país caribeño, tras contagiarse con la variante delta del COVID-19.
El acto estuvo a cargo del ministro Euclides Acevedo, ocasión en que se realizó una misa en la Cancillería, de la que participaron sus familiares, autoridades nacionales y sus amigos.
“No es fácil a pesar de ser del oficio despedir al embajador Cano Radil, militante de la libertad, artesano y florentino de la palabra, un equitador del pensamiento, no quiero solemnizar lo obvio porque hablaríamos todo el día sobre los méritos y los encantos personales de este embajador”, afirmó.
Entre lágrimas, Acevedo mencionó también que lo conoció hace tiempo y expresó “sin temor a equivocarme que era su amigo”. El funcionario de Estado recordó que hace poco había recibido su visita, encuentros que eran propicios para conversar sobre la política.
“De alguna manera su muerte incierta e inesperada, él me decía que era tan incierta e inesperada nuestra política, pero debemos creer en la resurrección de la República”, puntualizó.
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Contaba con la vacuna completa contra el virus
El diplomático contaba con la dosis completa de la vacuna contra el virus. Radil estuvo internado e intubado por unos 10 días, de acuerdo a las informaciones proveídas por su hermana Angélica Cano Radil.
Ocupó el cargo de embajador en Cuba desde el 2015, siendo designado en el gobierno del expresidente de la República Horacio Cartes y confirmado de vuelta en el cargo durante la presente administración.
Trayectoria del diplomático
Cano Radil, politólogo y constitucionalista, fue un gran referente de la Asociación Nacional Republicana (ANR), diputado nacional por dos periodos entre los años 1989-1993 y 1993-1998. También integró la Comisión Redactora de la Carta Magna de 1992.
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Embajador paraguayo en Cuba falleció tras contagiarse con la variante delta del COVID-19
El extinto embajador de Paraguay en Cuba, Bernardino Cano Radil, se contagió de la variante delta del COVID-19 y falleció el pasado domingo en La Habana, capital del país caribeño. La información fue confirmada por Angélica Cano Radil, hermana del diplomático, quien detalló además que el mismo contaba con la dosis completa de la vacuna contra el coronavirus.
“Él estaba vacunado con la Astrazeneca, segunda dosis. Las Naciones Unidas vacunaron a los embajadores, pero él se contagió con la variante delta”, contó la mujer en entrevista con la 1020 AM este lunes.
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Bernardino Cano Radil estuvo internado e intubado por unos 10 días por complicaciones causadas por el virus y falleció en la jornada del domingo. La Cancillería Nacional confirmó el deceso del diplomático que se desempeñaba como embajador en Cuba desde el 2015.
En este sentido, Angélica Cano Radil destacó el trabajo de su hermano y adelantó que la Cancillería está realizando todas las gestiones para repatriar los restos del diplomático. “Son las decisiones de Dios, él trabajó hasta el último momento. Siempre iba a la embajada. Todas las gestiones las está haciendo la Cancillería, se va a comunicar con el sanatorio”, indicó.
Bernardino Cano Radil, politólogo y constitucionalista, fue un gran referente de la Asociación Nacional Republicana (ANR), diputado nacional por dos periodos entre 1989-1993 y 1993-1998. También integró la Comisión Redactora de la Constitución Nacional de 1992. Se desempeñaba como embajador de la República del Paraguay ante la República de Cuba desde el 2015, designado para el cargo por el entonces presidente de la República, Horacio Cartes, y confirmado nuevamente por el gobierno del presidente Mario Abdo Benítez.
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Bernardino Cano Radil fallece en Cuba a causa del COVID
El embajador paraguayo en Cuba, Bernardino Cano Radil, falleció a los 65 años este domingo en la capital del país caribeño, La Habana, a consecuencia de un cuadro grave de COVID-19, así lo confirmó en esta jornada el vicecanciller Marcelo Scappini para la 730 AM.
De acuerdo a las informaciones vertidas por el diplomático, Cano Radil se encontraba internado y entubado por complicaciones causadas por el virus. Scappini adelantó, además, que se realizarán todas las gestiones para la repatriación de Cano Radil, quien se encontraba en la misión diplomática en Cuba en representación del gobierno paraguayo.
El fallecimiento del embajador fue confirmado oficialmente en la mañana de este domingo por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) a través de las redes sociales. “El Ministerio de Relaciones Exteriores lamenta informar el fallecimiento, en el día de la fecha, del embajador Bernardino Cano Radil, en La Habana, Cuba. Fue un destacado luchador por la democracia y la libertad en Paraguay”, informó la Cancillería Nacional.
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Bernardino Cano Radil, politólogo y constitucionalista, fue un gran referente de la Asociación Nacional Republicana (ANR), diputado nacional por dos periodos entre 1989-1993 y 1993-1998. También integró la Comisión Redactora de la Constitución Nacional de 1992.
Se desempañaba como embajador de la República del Paraguay ante la República de Cuba desde el 2015, designado para el cargo por el entonces presidente de la República, Horacio Cartes, y confirmado nuevamente por el gobierno del presidente Mario Abdo Benítez.
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La “traumática” noche de la detención de un joven cubano el 11 de julio
Entre los inciertos 26 días que Rolando Remedios estuvo detenido tras su arresto durante las protestas del 11 de julio, cuya foto se hizo famosa, lo más “traumático” fue la primera madrugada en una de las dos prisiones por las que pasó.
Casi un mes después, y tras ser liberado el viernes, Remedios recuerda cómo la tarde del estallido fue aprehendido frente al Capitolio en el centro de La Habana, donde la gente se había congregado de manera espontánea para protestar.
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Este joven de 25 años, que fue fotografiado por AFP al momento de su arresto y su imagen publicada por medios en todo el mundo, dice que más temprano había visto en redes sociales la primera manifestación de San Antonio de los Baños, luego la de otra provincia, antes de que le cayeran imágenes de cientos de personas en el emblemático Malecón de La Habana.
“Entonces decido a ir hacia el Malecón, para unirme a la protesta”, recuerda. Sin embargo, no alcanzó a llegar. “Fui detenido mientras intentaba ayudar a un manifestante que estaba en el suelo y que había sido golpeado por represores”, dijo Remedios vía telefónica a la AFP, narrando su experiencia durante el estallido simultáneo en unas 40 ciudades de la isla.
Las manifestaciones el 11 y 12 de julio, al grito de “abajo la dictadura”, “tenemos hambre” y “libertad” devinieron en choques de manifestantes con uniformados y agentes de la seguridad del Estado, vestidos de civiles. Una persona murió, decenas resultaron heridos, y cientos fueron detenidos.
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El gobierno cubano, sin negar el descontento social, denunció que el estallido fue viralizado con medios poderosos desde el exterior a través de manipulaciones en redes sociales. El Tribunal Supremo de Cuba informó el jueves que 62 personas han sido juzgadas, 53 de estos casos por “desorden público”.
Las autoridades aún no han informado la cifra total de detenidos relacionados con las manifestaciones. Remedios, estudiante en línea de Ciencias Médicas en University of the People (Universidad del Pueblo, con sede en California), dice que la protesta ciudadana lo tomó por sorpresa.
“Pensé que podía marcar el fin del sistema, aunque yo sabía que ese mismo día no iba a terminar, pero sí que iba a ser un duro golpe” para el gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel. Decidió salir por “la pésima gestión del gobierno de la crisis sanitaria” del COVID en momentos en que el virus se disparó en la isla. Por los presos políticos y por los que mueren tratando de salir para “huir de esta pesadilla”, que representa la falta de medicamentos y alimentación, señala.
Sonido de mangueras y bastones
Esa tarde Remedios fue trasladado a una estación de policía en 10 de Octubre, un populoso municipio de la capital donde vive con sus padres. Los interrogatorios empezaron en la madrugada. “Me negué a dar una declaración”, señala. A las 04:00 de la mañana lo condujeron, con cerca de 50 detenidos, a una prisión conocida como El Cotorro, al sur de La Habana.
“La bienvenida de eso fue horrible”, dice haciendo pausas. “Nos pasan directamente al solar, que viene siendo como el patio, no teníamos idea de dónde estábamos. Había perros, la idea era aterrorizarnos. Entonces, nos obligan a pararnos contra los muros, manos detrás”, dice que algunos pensaron lo peor. “Golpearon a muchos”, continua.
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A él lo llevaron a una celda de castigo por negarse a declarar, indica. Pero solo estuvo “un instante porque al parecer [los custodios] reciben una llamada” para ponerlo en una celda común, añade. “No me dolió tanto ese maltrato” durante su traslado, con la espalda encorvada y las manos esposadas detrás o “la galleta” [golpe] que le dieron. “Lo que más me dolió fue escuchar” lo que sucedía afuera.
“Fue una noche traumática, una madrugada terrible, porque la impotencia era mucha y había gritos y el sonido de las mangueras y los bastones, pegando en los cuerpos, uno tras otro, fue doloroso”. Después estuvo en cuarentena, sin salir al patio y sin asistencia de abogado, que dice nunca solicitó porque “sabía que no lo iban a permitir”. Su padre fue informado de su detención el primer día, aunque no supo a qué prisión lo habían trasladado.
“Un antes y un después”
A los 14 días, lo llevaron a otra cárcel, Jóvenes de Occidente, también en La Habana. Le raparon la cabeza y tuvo que pedir a sus familiares una cubeta para bañarse porque no había agua corriente. Le llevaron además uno de sus libros favoritos: “José Martí, el santo de América”, de Luis Rodríguez Émbil. “Me encanta la lectura, aprender cosas nuevas. Como decía Martí: ser culto es el único modo de ser libre”, señala.
El viernes pasado por la tarde sin aviso previo fue liberado, su familia lo esperaba afuera del penal. “No me dijeron si era libertad condicional. Ni yo ni mi abogado sabemos qué tipo de medidas se tomó”, dice desde su casa más descansado, pero en tono aún nervioso. A pesar del temor a que su situación cambie por dar su testimonio, cree que lo que sucedió en su país “fue histórico”, “necesario” y “puede marcar un antes y un después”.
Fuente: AFP.