En el marco del evento virtual “El mundo que queremos”, impulsado por la Unión Europea (UE), representantes de cuatro proyectos mostraron el rostro de sus beneficiarios y contaron cómo trabajan en el país respetando a la naturaleza, mientras sensibilizan sobre los efectos del cambio climático.
En la ocasión, el embajador de la Unión Europea, Paolo Berizzi, destacó: “Estoy complacido de abrir este evento en conjunto con organizaciones socias y sus protagonistas. Son jóvenes comprometidos con el ambiente que plantearán soluciones para el mundo que queremos”.
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Desde el consorcio que formaron Pro-Comunidades Indígenas (PCI) y WWF Paraguay, Carmen Monges contó la historia de las tejedoras del Pantanal paraguayo, lugar donde se implementa el proyecto “Vida en el Pantanal”. Esta iniciativa busca empoderar a las mujeres y niñas para garantizar la seguridad alimentaria y mejorar su calidad de vida.
“Para una mujer indígena, crear una artesanía con karaguata y karanda’y es mucho más que un arte, representa el cuidado de la biodiversidad y el proceso de maduración como mujer. Sin embargo, ellas sienten que están perdiendo su rol en sus comunidades, les falta materia prima. Por eso, trabajaremos en forma conjunta en el reto del desarrollo sostenible, justo y equitativo y en la gobernanza de sus territorios. Cuando hablamos de adaptación al cambio climático, las comunidades locales son las grandes protagonistas”, refirió Monges.
Por su parte, David Benítez, representante del proyecto Espacio Joven, manifestó: “La participación de jóvenes y mujeres en la toma de decisiones se vuelve más frecuente. Esto podemos constatar luego de acciones llevadas a cabo en varias comunidades, a través de la educación popular que desarrolla capacidad crítica, confianza, visión y protagonismo”.
De igual manera, Laura Casaccia, del proyecto Bosque, Comunidad y Vida de la organización A Todo Pulmón - Paraguay Respira, también se expresó relatando la historia de Hilda Gómez, una de las tantas pobladoras que logró mejorar el rendimiento de su huerta y así obtuvo más alimentos ricos, saludables y aptos para la venta local.
En este contexto, Mónica Centrón, del proyecto Ñañua Paraguay, explicó que el clima está cambiando y nosotros también debemos hacerlo. Centrón mencionó una experiencia de mediados de los años 90, en la comunidad Tuna, del Pueblo Mbya Guaraní de Caazapá, donde había menos árboles, el calor empezaba a ser más intenso, no todos los arroyos eran cristalinos y el agua ya no era pura. Esto impactó en la forma y nivel de vida de esa comunidad y es una representación a escala de lo que es el cambio climático y sus efectos.
Con la implementación de estos cuatro nuevos proyectos, la Unión Europea reafirma su apoyo al país a través de la iniciativa global denominada Equipo Europa (Team Europe) para hacer frente a las necesidades inmediatas generadas por la pandemia y a mitigar el impacto socioeconómico en el mediano plazo.