Desde la Cámara de Diputados, instaron al Poder Ejecutivo y al Ministerio de Salud Pública a promover y difundir programas para mantener la salud mental y física de la población, a fin de hacer frente a las secuelas que podrían generarse a raíz de la crisis sanitaria del COVID-19, como la depresión, el estrés, la angustia, el suicidio y otras patologías psicológicas.
Argumentaron que es necesario evitar el deterioro de este aspecto en la sociedad; más aún, en tiempos de pandemia. En la exposición de motivos señalaron también que los profesionales médicos coinciden en que la principal preocupación, en el contexto de la pandemia, además de los aspectos naturales de la enfermedad, son las patologías psicológicas.
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El documento presentado por el diputado Jorge Brítez afirma que el coronavirus golpeó de gran manera la parte emocional de las personas, ante las situaciones de preocupación excesiva, como la incertidumbre; situación de encierro; pérdida de familiares; de fuentes de ingresos; entre otros elementos que deterioran la salud mental no solo en nuestro país, sino a nivel mundial.
Informe proporcionado por la OPS
De acuerdo a las informaciones publicadas en los medios locales, sobre el informe titulado “depresión y otros trastornos mentales comunes, estimaciones sanitarias” elaborado por la Organización Panamericana de la Salud, Paraguay se ubica en el cuarto lugar en América en cantidad de pacientes diagnosticados con depresión.
Esta cifra representaría una tasa del 5.2 % de la población; es decir, más de 300 mil personas padecerían esta enfermedad en plena pandemia de COVID-19.