El Instituto de Acción Republicana (Inare), nucleación que alberga a los dirigentes históricos de la Asociación Nacional Republicana (ANR), Partido Colorado, conocidos como los “osos blancos”, hicieron público un manifiesto en el cual indican su indignación y desaprobación a las brutales y agresivas manifestaciones, que consideran quebrantan y ponen en peligro la vigencia plena de los elementales principios del sistema de gobierno democrático.
Manifiestan que tras los hechos vandálicos ocurridos en la noche del 17 de marzo pasado, los grupos de personas que salieron a manifestarse en forma violenta e insultante frente a los locales pertenecientes al Partido Colorado riñen con las normas cívicas y democráticas del Paraguay, y, por tanto, no debe permitirse, bajo ninguna condición, la imitación ni la propagación de espectáculos de esta naturaleza, sostienen.
En ese sentido, instan a las fuerzas del orden público a que, para contenerlos, actúen con la diligencia y el rigor requerido, de tal modo que la ley caiga sobre los responsables, sin dilación alguna. Califican estos hechos incendiarios de “desórdenes y bochornosos espectáculos imperdonables” que atentan contra los valores democráticos del sistema republicano.
Leé también: ANR amplía denuncia contra atacantes a la sede partidaria
“Democracia es el gobierno del pueblo”
Los líderes históricos sostienen que, en su concepción etimológica, la democracia es el gobierno del pueblo por el pueblo a través de la participación plena y amplia de todos los ciudadanos paraguayos, sin distinciones sociales, ni culturales ni razas o credos. Donde la soberanía reside en el pueblo y es el pueblo el que elije a sus autoridades mediante el sistema representativo.
Indican que se ejerce el poder político de la nación a través de los representantes elegidos mediante el sufragio universal, libre y secreto, y las decisiones se toman con base en principios constitucionales y legales vigentes, fundados en principios de los votos participativos, dentro de un régimen de absoluto respeto a los derechos de las mayorías y las minorías. Sin recurrir a violencias o fraudes para imponer criterios y/o decisiones.
Sostienen que el buen funcionamiento de los gobiernos democráticos, inspirado en los grandes y permanentes objetivos nacionales, no se basa solo en votaciones y simples mayorías, sino en compromisos, negociaciones y concertaciones políticas, donde las diferentes clases o representaciones minoritarias adquieren relevancia y gran importancia en todo el proceso y el ordenamiento institucional de la República.