La cadena global Rusia Today (RT), a través de la periodista política rusa Inna Afinogenova, se hizo eco de la crisis político-sanitaria que se vive hoy en Paraguay y deja en evidencia internacional que un paraguayo no puede costear los medicamentos con el salario mínimo y por consiguiente sobrevivir al COVID-19 o a cualquier enfermedad. Sostiene que “no se supo, no se pudo o no se quiso” evitar el colapso actual.

“Si algo caracteriza a la pandemia de COVID-19 es que nunca se puede cantar victoria antes de tiempo. El caso de Paraguay es un claro ejemplo”, inició Afinogenova su análisis de coyuntura y dice que hace un año nuestros números de muertes y contagios eran de ”una isla perdida en el océano Pacífico”, y que Abdo dilapidó el tiempo ganado.

En el informe de Afinogenova indica que “el Gobierno paraguayo fue uno de los primeros en Latinoamérica en decretar medidas estrictas que además se mostraron efectivas”, y que los números de contagios y muertes eran similares a los de “una isla perdida del Pacífico”, esto para dar a entender que el aislamiento global histórico también favoreció a Abdo.

“El drama es que los paraguayos sienten que la hora de la verdad es ahora, no hace un año, y que lejos de prepararse su gobierno, dilapidó el tiempo ganado”, sostiene la periodista rusa.

Pone en contexto que la realidad comenzó a cambiar entre junio y agosto del 2020, tras tres meses de fuertes medidas restrictivas, pero que se estaban volviendo económicamente insostenibles, en un país con uno de los índices de empleo informal más altos del continente, indica. Pone en contrapeso los números actuales de contagios y muertes en comparación con los países vecinos.

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“La escasez de insumos se volvió tan grave que cuando un paraguayo enferma de COVID-19 y acude a un hospital, le ofrecen una cama y un poco más. Su propio personal hospitalario le dice a sus pacientes que para el tratamiento deben buscarse la vida por su cuenta porque carecen de las medicinas e implementos necesarios para combatir la infección”, sostiene y añade que a efectos prácticos, hoy en día acudir a un hospital público paraguayo para tratarse de coronavirus “es casi igual de eficiente que ser ingresado en la habitación de un hostal”.

“Los precios de las medicinas que deben costearse de su bolsillo los enfermos y sus familiares son para muchos de ellos impagables. Por ejemplo, debido a la escasez del tratamiento de un día con un sedante utilizado en terapia intensiva, pasó a costar el equivalente al salario mínimo de un mes y medio. El tratamiento con atracurio durante diez días, lo que suele requerirse, equivale al salario promedio de un trabajador paraguayo de todo un año”. Señala todos los escándalos de corrupción vinculados al Gobierno y cómo eso derivó en la escasez de medicamentos.

Sostiene que lo que terminó de caldear los ánimos de los paraguayos fueron las dudas en torno al destino de US$ 1.600 millones aprobados al inicio de la pandemia como plan de emergencia. La mayoría, US$ 1.000 millones se obtuvieron de la emisión de bonos del Estado. “Para algunos, ese dinero no se ejecutó o se malgastó. Para otros, directamente se malversó”, y que “hoy parece claro que las autoridades paraguayas tomaron medidas drásticas al inicio de la pandemia porque conocen perfectamente las profundas debilidades de lo social y sanitario paraguayo”.

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Tras las duras e incidentadas manifestaciones que exigen la destitución del gobierno de Abdo, Afinogenova sostiene que “el Gobierno paraguayo no pudo evitar la tentación de recurrir a la explicación más socorrida recientemente en la reunión. Agitadores externos y guiados para desestabilizar a los miembros del Grupo de Lima. Se basó en las declaraciones de Arnaldo Giuzzio, ministro del Interior, que culpabilizaba a un venezolano de la desestabilización nacional.

Afinogenova se basa en el portal oficial rindiendocuentas.gov.py, donde las partidas para la adquisición de equipos, productos e instrumentos químicos y médicos apenas muestran un avance en la ejecución del 5% y el 19%, respectivamente. De acuerdo con el Ministerio de Salud, una parte importante del monto destinado a insumos no ha sido ni siquiera adjudicada por completo. Y remata: “Ojo: lo adjudicado no es necesariamente ejecutado, del mismo modo que firma del contrato con el arquitecto no es igual que casa terminada”.

Indicó que las medidas drásticas adoptadas por las autoridades paraguayas al inicio de la pandemia fueron porque “sabían perfectamente que su red hospitalaria pública no resistiría una ola de enfermos por pequeña que esta fuera, comparada con otros países, pero por lo visto la estrategia de evitar el colapso inmediato no fue suficiente porque no se supo, no se pudo o no se quiso aprovechar el tiempo ganado para trabajar en evitar que se produjeran meses después”, concluyó Inna Afinogenova.

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