El analista político y hematólogo Alfredo “Mengo” Boccia, consultado acerca su lectura acerca de la situación de la vacunación en términos políticos y sanitarios, expresó: “Yo soy más benévolo con Mazzoleni. La geopolítica universal de las vacunas demuestra un fracaso moral de la humanidad”, en contacto con GEN. Boccia sostiene que el fracaso moral de las vacunas se nota por su concentración de los inmunizadores contra el COVID-19 en 10 países.
Continuando en esa línea, sostuvo “que las vacunas iban a ser indispensables para zafar de esta pesadilla del coronavirus, era algo que el mundo entero sabía hace un año y se pusieron a trabajar en ello múltiples laboratorios y se dio comienzo a una guerra por quién producía más rápido y los distribuía”.
Asimismo, indicó que “los organismos internacionales llámese, Naciones Unidas, OMS (Organización Mundial de la Salud) u otros tuvieron tiempo para que se articulen, de alguna manera, códigos o mecanismos que aseguren cierta equidad en lo que se sabía que iba a venir, una avidez por las vacunas que podría ser muy desigual para países pobres en los países periféricos y pobres, así mismo ocurrió”.
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“Desigualdad evidente”
Boccia indicó que se habla de fracaso moral, ya que 10 países detentan el 75% de las vacunas, los países grandes se quedaron con todo. “Canadá se aseguró el doble de lo que teóricamente necesita”, mencionó. Esa desigualdad en la distribución especialmente en los países grandes del occidente dejó atrás a los países chicos, recalcó.
“Si se mira el mapa de vacunación, Paraguay es el último de esta región, casi todo África aún no recibió, también hubo una derrota moral de manejo de la idea del Estado con los laboratorios privados”, dijo Boccia. Esto para explicar que vencieron los laboratorios privados pese a que hubo fondos públicos invertidos en la producción de vacunas.
Por otra parte, Boccia hizo énfasis en la etapa posterior que tiene que ver con el “pago de los derechos de patentes de las vacunas”, esto habrá que ver cómo se desarrolla, indicó. “Frente a esta desigualdad evidente se necesita una Cancillería y, ulteriormente, un ministro del Interior previsores y bien conectados al mundo para entender esta guerra geopolítica”, aseveró.
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