El senador y doctor en medicina Jorge Querey se manifestó acerca de los “gastos de bolsillo” que los familiares de pacientes internados en las unidades de terapia intensiva (UTI) por COVID-19 deben costear. “Los gastos en el sector privado oscilan entre G. 8 y 15 millones y el sector público rondan entre G. 2 y 6 millones”, indicó que estos son “gastos directos”; es decir, la compra de insumos que faltan.
Al día de hoy, en cuanto a la adquisición de medicamentos, no se llegó a más del 36%, de acuerdo a los controles de ejecución del Senado. “Esperemos que esto se rectifique”, exigió el senador del Frente Guasu.
Querey sostuvo que está totalmente de acuerdo con que los gastos sean cubiertos enteramente por Salud Pública, habida cuenta que “los recursos no faltaron en ningún momento y los mecanismos para su adquisición estaban todos disponibles”. De acuerdo con los datos, al día de hoy Salud dispone de US$ 230 millones para ejecutar.
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“Faltó previsión”
También es este sentido, Querey hizo énfasis en los “costos derivados” de las internaciones y que recaen directamente sobre los parientes de los pacientes que a causa de la permanencia en los centros asistenciales incurren en gastos que exceden la posibilidad de muchos. Estos gastos deberían ser encarados por el Gobierno Nacional, dio a entender Querey debido al estado de vulnerabilidad que se encuentran millones de personas.
“Faltó previsión en algunos casos y faltan varias cosas que hoy en día no debieran haber sido un problema. Si hace seis meses o hace ocho meses hubiéramos comenzado a tomar esas iniciativas”, aseveró y añadió que “todos sabíamos de que la pandemia no iba a concluir en el 2020, incluso en el 2021″. Querey cuestionó la visión cortoplacista y parcial del Ministerio de Salud y la falta de ejecución.