Una discusión legislativa por la ley de vacunas contra el COVID-19 se agudizaba en el Senado, donde aparecían posiciones dispares en cuanto a las dudas sobre la normativa. Ante esta situación, la senadora Blanca Ovelar con un llanto profundo pidió que se acompañe el proyecto de ley.

Al principio dijo escuchar atentamente los argumentos de todos los senadores sobre las sospechas que se generaban, pero consideró que se debería sopesar lo más importante, siendo que nadie escapa de los tentáculos interesados detrás de las estructuras del Estado.

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Entonces empezó a felicitar al personal de blanco por el enorme esfuerzo que hacen durante esta pandemia, en ese momento no pudo guardar sus emociones personales porque la enfermedad le tocó de cerca. “Cuando a uno le toca y vive y está de cerca a la amenaza, es diferente la actitud”, expresó con lágrimas en los ojos.

Aunque reconoció que es molesto firmar un acuerdo leonino, señaló que debería aceptarse la situación de subordinación. Pese a que es consciente de que hay incertidumbre se preguntó qué se puede hacer “si estamos entre la espada y la pared”. Esto lo expresó durante la sesión extraordinaria del Senado convocada para tratar la ley de vacunas contra el COVID-19.

A la vez, destacó la labor del ministro de Salud, Julio Mazzoleni, por administrar con carencias y debilidades dentro de este proceso, así como a todas las autoridades que están luchando dentro del marco legal y sanitario. Ratificó su confianza a autoridades para acelerar los acuerdos y negociaciones.

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Agregó que: “Como ciudadana que ama su país, siento al leer algunas cláusulas y se revela mi ser, pero no tenemos alternativa, queremos la vacuna, movamos. Somos un país periférico, no tenemos capacidad de incidencia en las decisiones globales”, enfatizó.

Finalizó diciendo que son tiempos difíciles. “Puede tener una cláusula leonina, pero, ¿qué alternativas tenemos?; vamos a confiar en las vacunas, en la que sea, la que sea más fácil administrar con logística para nuestro país con todas las carencias”, concluyó.

La ley de vacunas COVID-19 fue aprobada en general en el Senado. Con esta normativa se adecua la actual legislación a la intención de las industrias farmacéuticas internacionales que buscan blindarse de posibles indemnizaciones en caso de que las vacunas produjesen efectos adversos.

El proyecto se trató en una sesión extraordinaria de forma urgente convocada por la Comisión Permanente. Por eso, algunos presionaban con que sea aprobada lo antes posible. Pese a que todos estaban de acuerdo con apoyar la ley, algunos consideraban que ciertos puntos debían ser aclarados porque sostenían que era una ley leonina.

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