Una ola de incertidumbre alcanzó a los miles de paraguayos en el mundo cuando los aeropuertos y fronteras anunciaban su cierre temporal. Ante la pérdida de fuentes de ingreso y con un ambiente nada esperanzador, el retorno a la patria era la salvación.
Ante este panorama, y con un internismo que se generó entre quienes desaprobaban el ingreso del connacionales del exterior y aquellos que los apoyaban, la Cancillería Nacional se vio obligada a encarar un rol social y diplomático sin precedentes.
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La necesidad de repatriar y asistir a los compatriotas en el exterior se volvió un grito de auxilio ante la crisis sanitaria que azotó al mundo a causa del COVID-19. La cooperación internacional fue vital este año para lograr que los compatriotas regresen, informaron desde la Cancillería.
Fueron miles de paraguayos que esperaban regresar así como otros con la necesidad de que sean protegidos por las embajadas a causa de la falta de ingresos, una constante durante la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores en el 2020. Entre los principales desafíos figuran la asistencia, protección y gestión de la repatriación ordenada de más de 23.000 connacionales en el exterior.
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Esto se realizó a través de su red de embajadas y consulados en el mundo y una activa participación como miembro pleno del Consejo de Defensa Nacional. Así también, se dio la gestión de la cooperación internacional y su orientación hacia las necesidades del país, en particular para responder a los requerimientos más urgentes del sistema de salud, tales como insumos y equipos biomédicos por valor de más de US$ 30 millones.
Otro punto que también se desarrolló con restricciones, pero sin desestabilizar las actividades normales, fue la promoción y facilitación del comercio exterior, con el fin de garantizar la cadena de abastecimiento del mercado interno y las gestiones para potenciar las exportaciones con miras a la reactivación económica.
Relaciones bilaterales y multilaterales
La principal y más importante gestión que también fue encaminada en el 2020 fue la participación en el Equipo Negociador para la Revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú y sus Grupos de Trabajo Técnico, Comercial, Económico y Jurídico.
Esto implicó la realización por medios telemáticos de reuniones para lograr avances de diferentes puntos con las agendas bilaterales y multilaterales. Destacándose así durante el ejercicio de la presidencia pro tempore del Mercosur, siendo la primera vez en la historia de un encuentro de manera 100% virtual.
Uno de los logros que se dieron para el proceso de integración fue el Focem, una herramienta para fortalecer los sistemas de salud de los Estados partes del Mercosur.
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