El presidente de la República Mario Abdo Benítez hizo un extenso discurso en el que habló de la difícil situación que se presentó este año, no solo para Paraguay, sino para todo el mundo, donde a cada país le tocó improvisar para hacer frente al COVID-19. En un discurso de unos 30 minutos, el jefe de Estado hizo una catarsis de las situaciones que enfrentó, junto con todo el Gabinete del Poder Ejecutivo.

“Dos años difíciles en la conducción de la Nación, y los obstáculos que te pone la vida son para enfrentarlos, no hace falta llorar y poner excusas, para eso nos candidatamos, para eso elegimos el servicio público. Junto con un equipo estamos liderando tal vez uno de los momentos más difíciles de la humanidad”, expuso el presidente de la República. El descargo del mandatario se dio durante una jornada de gobierno en el departamento de Paraguarí.

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En este sentido, mencionó que cada país escribió su propia historia y Paraguay escribió la suya, teniendo como protagonista a cada uno de los paraguayos, y afirmó que el país está pasando el examen, asegurando que eso está reflejado en los números.

“Y no lo dice el presidente, lo dicen los números, hay valores subjetivos que dependen de la interpretación de cada uno, de la estima, del cariño, algunos le pueden querer a Marito, otros no, eso ya no importa, pero hay datos objetivos y auditables, que eso ya no depende de la subjetividad del análisis, son datos contundentes”, sentenció.

En este mismo contexto, mencionó que Paraguay construyó su propio manual para enfrentar esta situación, manual que incluso puede ser exportado, según el mandatario. “Le demostramos al mundo que lo que construimos los paraguayos podemos hacer un manual de cómo comportarse en una crisis, en los momentos difíciles de la humanidad, Paraguay tiene un manual que exportar”, expresó.

Mario Abdo Benítez señaló que cierra este segundo año de mandato satisfecho, pero queriendo hacer más, citando cada acción de gobierno ante la pandemia, como la creación e instalación de albergues, el aporte económico como el Pytyvõ, hasta la ley del uso obligatorio de tapabocas.

“Alguna vez se va tener que escribir un libro sobre lo que se tuvo que hacer, vale la pena que el mundo conozca lo que hizo el paraguayo, no el presidente. Quiero renovar ese pedido, el virus sigue siendo contagioso, sigue matando compatriotas, sigue siendo una amenaza para nuestro sistema de salud y yo les pido que continuemos con ese compromiso que nos ha hecho ser un país ejemplo en la región”, apuntó.

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