El año 2020 es considerado definitivamente como un año atípico en la historia contemporánea por la llegada de la pandemia, situación que ha generado un impacto profundo en el ámbito social y económico y la política no está exenta de esta situación. Es por eso que, posiblemente observaremos cambios drásticos en todo lo referente a las futuras estrategias de campañas.

Hablamos con Andrea Cavalcanti, una consultora política brasileña, quien reside en nuestro país desde hace varios años. Ella analiza los posibles escenarios políticos, las estrategias y la utilización de tecnologías durante la campaña electoral de caras a las próximas elecciones.

¿Cómo usted vislumbra el escenario político en 2021?

Tras la avalancha de sueños llamada COVID-19, es complicado vislumbrar o predecir lo que sucederá a largo plazo. Hoy vivimos un nuevo estilo de vida y, consecuentemente, un nuevo estilo de pensar las cosas, de pensar la política que está siendo hecha por los políticos. Sin embargo, seguramente puedo afirmar que será más austero, más enfocado en el discurso, debido a la escasez de recursos tanto financieros como humanos.

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¿A qué usted se refiere con “más enfocado en el discurso”?

Me refiero al aspecto que, en función de las medidas sanitarias, el tradicional “cuerpo a cuerpo” sufrirá limitaciones. La praxis política siempre ha sido de contacto directo con los electores, con abrazos, besos, niños, y todo tipo de muestra de afecto personal.

Digamos que vivimos el momento de cambiar abrazos por publicaciones en redes sociales, pero no solamente con fotos o videos, sino que con publicaciones que busquen, dentro de las limitaciones impuestas por la tecnología, transmitir el mensaje del candidato.

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Lo que observamos actualmente son publicaciones de fotos vacías de significado, sin ningún mensaje. Tampoco hacer un relato con la foto significa transmitir un mensaje. La foto debe ser capaz de ir más allá de comunicar, sino que de hacer sentir.

¿Entonces usted cree que la tecnología tendrá impacto significativo en el proceso electoral?

Totalmente, pero me gustaría aclarar dos aspectos de la tecnología. El primero es con relación a las campañas de los candidatos, por medios sociales y el segundo será durante la propia elección per se, pues estas podrían ser las primeras elecciones con el sistema de urnas electrónicas en el 100% de los lugares de votación, lo que proporcionará celeridad al proceso, pero también que demandará que los electores sean debidamente instruidos como proceder.

Tampoco podemos olvidarnos de dar destaque a las fake news, que es actualmente un fenómeno mundial y que con seguridad será utilizado. El gobierno por medio de la Justicia Electoral, deberá disponer de mecanismos eficaces de control.

Pero, usted dijo anteriormente que prevé que serán elecciones austeras, entre tanto un candidato necesitará considerable envergadura económica para los gastos con tecnología, que todos sabemos que es un rubro costoso.

Me explico, será austero en el modo tradicional, como antes del COVID-19 pero las campañas posCOVID-19 serán con inversión en tecnología, pero de forma directa, llegando al elector de forma individual y pensada para que no se sienta uno más y que el mensaje no sea tan mecanizado, algo que sucede con los bots, softwares que responden de manera general.

Otro aspecto es que los candidatos deben considerar que la tecnología, ahora más aún, es una inversión de largo plazo, no es un gasto más. Tampoco es tan solo para promocionarse, sino que para construir un canal de comunicación con la sociedad de forma directa e inmediata.

Si el candidato no cuenta con personal capacitado para contestar adecuadamente los mensajes, de alimentar sus canales de comunicación en las redes sociales con contenidos atractivos, relevantes y sencillos, no solamente fotos que nada dicen, será complicado establecerse en este nuevo modo de hacer política.

Este tipo de urnas electónicas ya fueron implementadas en Paraguay, durante las elecciones municipales del 2003. Foto: Archivo
¿La inversión a cuál usted se refiere es en sentido financiero o político?

En ambos sentidos. El candidato debe saber utilizar los datos a su favor, lo que no siempre se observa. Por ejemplo, la Dirección General de Encuestas, Estadísticas y Censos (DGEEC), publicó en el 2019 el resultado de una encuesta que concluye que el 97,2% de los paraguayos utilizan la aplicación WhatsApp para mensajear; que la población que utiliza internet es de 75% en el área urbana y el 48% en el área rural, siendo que el 90% de la referida población accede a la internet por medio de sus equipos celulares.

El candidato para las elecciones 2021, que no se dé cuenta del potencial de informaciones de fuente primaria que se puede obtener montando una base de datos de su electorado – economía en encuestas- no va a lograr mantenerse en la arena política actual, que es extremamente cambiante, dónde la ciudadanía demanda la solución de sus problemas locales y no desperdicia más su tiempo escuchando discursos hechos sobre medida y que no llevan en cuenta las características propias de cada localidad.

El uso estratégico de la tecnología en las próximas elecciones paraguayas va a definir el político de mandato y el político de carrera.

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