El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se vio obligado a huir rápidamente de la ciudad de Ñemby, ante los escraches realizados por un grupo de ciudadanos contra el jefe comunal, el liberal Lucas Lanzoni, denunciado por lesión de confianza, asociación criminal y enriquecimiento ilícito durante su gestión.
En la fecha se tenía prevista la inauguración de una Unidad de Salud Familiar (USF), que fue construida y equipada en uno de los predios del municipio mediante los recursos de Itaipú Binacional. En la ocasión, el intendente, hijo del senador Blas Lanzoni, fue calificado de “rata, ladrón de mierda, desgraciado, infeliz, sinvergüenza, malparido, desgraciado y caradura” por los ciudadanos de Ñemby.
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Sostuvieron también que el intendente no tuvo vergüenza para supuestamente saquear el dinero público. Durante la actividad hubo un enfrentamiento entre escrachadores y los simpatizantes de Lanzoni, quienes fueron tildados de chupamedias.
El mandatario ya había llegado a la ciudad, pero decidió retroceder nuevamente tras ser avisado del enfrentamiento por sus guardias. En la ocasión, el viceministro de Salud, Julio Rolón, intentó apaciguar el problema, pero no logró calmar las aguas.