El senador de Patria Querida, Stephan Rasmussen sostuvo que se llegó a un punto sin retorno con las deudas. El Senado aprobó, ayer jueves, US$ 57 millones en concepto de deuda para el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG); más lo que ya fue aprobado la semana pasada se llegaría a más US$ 3.000 millones en proceso de ejecución.

“Evidentemente se abrió una ventana, a solicitud del Poder Ejecutivo pero bajo la aprobación del Congreso, tanto Senadores como Diputados, como no hay techo, ni tope de deuda”, expresó Rasmussen. Recordó que, antes de la pandemia, desde el Ejecutivo se decía que el tope era 30 a 35% del PIB (producto interno bruto), y que no se podría pasar eso, pero, sin embargo, en el 2021 se sobrepasa. “El Poder Ejecutivo dice que, incluso en el 2022, no se va topear el déficit al 1,5% del PIB, lo que creo que es una irresponsabilidad fiscal”, añadió.

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Explicó que ante estas situaciones existen dos soluciones al gasto excesivo con deudas, “una es subir masivamente los impuestos que va afectar a la población”, citó. Lo que sería apoyado por algunos legisladores que creen que ese es el camino para solucionar el ritmo acelerado de deuda. “Lo otro depende de cómo se negocie Itaipú, pero está cada vez más oscuro, cada vez menos tiempo y hay menos información al respecto”.

La política de endeudamiento inició con el gobierno de Federico Franco, relató, siendo así la primera emisión de US$ 500 millones. No calificó de mala decisión, porque cree que “si se maneja bien es una herramienta muy importante para el desarrollo. Ahora, si se maneja como se maneja, si no se toman decisiones de estado, sino de gobierno a corto plazo, el siguiente que asuma tenga la misma actitud irresponsable”, concluyó.

Deudas con luz verde

La semana pasada, el Senado dio vía libre de US$ 47 millones de dólares para el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat para la construcción de viviendas sociales en el marco del programa del Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavis). Además, para la financiación de los programas sociales otra nueva deuda de hasta US$ 125 millones a través de créditos con organismos internacionales.

Del total, US$ 50 millones serán para financiar el Pytyvô 2.0, unos US$ 8 millones para los programas de Tekoporã, Mi almuerzo escolar, Abrazo y para Conectividad. Mientras que del total de esos recursos, US$ 50 millones irán para los fondos del Instituto de Previsión Social (IPS) para financiar los gastos del seguro social en un 80% y para los gastos corrientes un 20%.

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