En esta edición de Mano a mano de La Nación abordamos la economía y las finanzas del Paraguay a futuro, en exclusiva con el ministro de Hacienda, Benigno María López Benítez. Ante su virtual salida de la cartera económica y su nominación para la vicepresidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), analizamos los logros, los desafíos, la administración de pasivos, la reprimarización de la economía, el plan Ñapu’a Paraguay, además de su visión de Paraguay a futuro.
- Tras dos años de gobierno y un año del plan anticíclico, ¿cuál ha sido el principal logro y desafío de su gestión?
Lo que yo creo es que pudimos enfrentar con fortaleza y políticas sensatas años muy difíciles. El año pasado con una situación climática adversa y severa; el plan anticíclico nos dio 8 meses de crecimiento y parecía que todo estaba encaminado para un buen 2020. Sin embargo, la pandemia destruyó todas las expectativas. Hemos decretado un plan sensato de emergencia ante esta situación inédita. Ese plan hoy está funcionando en todas sus aristas.
El sistema de salud pública hoy está más fortalecido de lo que estaba en marzo. Hemos llegado a los sectores vulnerables a través de Pytyvõ de manera eficiente y rápida. Adquiriendo a la vez mucha información a través de esta alianza con el sector privado, para hacerlo de manera tecnológica. Fogapy, que era desconocido al inicio de la pandemia y que había otorgado 32 créditos en toda su historia, hoy está llegando a 17.000.
Pudimos financiar el funcionamiento del Estado. Si bien va a seguir siendo duro esto, vamos a seguir teniendo gente que va a quedar atrás. Habrá incremento en la tasa de desempleo y en la caída de los ingresos. No obstante, comparativamente hablando, tendremos la mejor performance de la región. Hemos conseguido aprobar una reforma tributaria después de 27 años. La calificación de riesgo de Paraguay se mantuvo estable pese a la pandemia global. La salida de esta crisis está englobada en el plan Ñapu’a Paraguay.
- ¿Cuáles son las cuestiones clave para la economía de estos 3 años de gobierno que restan?
Los efectos pospandemia los tenemos que enfrentar de manera responsable. Ñapu’a Paraguay apunta a crear empleos, proteger empleos y a generar un paquete importante de inversión pública y de inversión privada a través de la banca, las APP y la construcción de viviendas de forma masiva. Esto apunta a resolver un problema que fue clave y doloroso en la pandemia, que es la informalidad. El plan pretende incentivar al sector informal a que se formalice.
La reforma estructural por el lado del gasto es donde creemos que está el verdadero desafío. El incorporar una ley de la función pública y el servicio civil que apunte a la meritocracia. Una nueva forma de hacer las compras públicas que apunte a la eficiencia y a costo más efectivo. Además, la reciente aprobación del proyecto de administración de pasivos permitirá a Paraguay ser más previsor a la hora de ir mirando sus vencimientos. La ley de Superintendencia de Pensiones es clave para regular un sector que no está controlado.
La reforma de la educación y la salud está prevista presentarse el año que viene. Yo creo que si todo lo mencionado se lleva adelante en estos tres años tendríamos un país más ordenado, que va a crecer de manera más inclusiva, que dará desarrollo y bienestar a la gente.
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- ¿Qué es la ley de administración de pasivos y de qué manera resulta beneficiosa para la deuda pública?
Yo parto primero agradeciendo al Congreso por haberla aprobado. Es una ley que aún no dimensionamos el impacto que va a tener, es una ley de extrema necesidad para el Paraguay, desde el momento de decisión de salir a los mercados internacionales y usar la emisión de bonos como instrumento de fomento de la inversión pública y el impacto que tienen estas inversiones en la conectividad paraguaya.
Dejo claro que la deuda sigue siendo la misma, no aumenta, lo que se cambia es el instrumento, que es accesorio a la deuda. Se establece que el cambio tiene que ser siempre favorable al Paraguay conforme a la ley. Esto va a permitir que en un determinado momento nos beneficiemos con tasas más bajas y generar ahorro en el pago de intereses. Nos permitirá tener previsibilidad a la hora de los vencimientos.
Los procesos de administración de pasivos no son obligatorios, sino son voluntarios, prever lo que va a pasar en el 2023 es clave para la economía paraguaya. Esta herramienta no implica, como se cree erróneamente, que es un cheque en blanco, una autorización para endeudar al país más de lo que está, sino que es un instrumento justamente para administrar esa deuda. Es una cuestión exclusivamente administrativa que recae dentro de las atribuciones constitucionales del presidente de la República.
La deuda que ya se autorizó es la que se permite que sea administrada. No se permite asumir otra deuda más. Si bien se pueden emitir nuevos títulos, son dentro de la autorización que ya está. Esta ley es un paso adelante en la institucionalidad fiscal del Paraguay.
- En la crisis pospandemia, ¿cree que la matriz productiva paraguaya está destinada a la reprimarización?
Yo creo que eso es parte de un debate más grande de cómo vamos diversificando nuestra economía. El sector primario sigue siendo importante, nos ha sacado de este atolladero, que está funcionando, incluso en un año muy complicado. Tenemos que hacer énfasis en las políticas que apunten a la diversificación de la matriz productiva y de mayor industrialización de Paraguay, para darle valor agregado a lo que hacemos.
No creo que sea una vuelta atrás, pero tiene que servirnos para reflexionar y ver cómo podemos generar sinergia en este desafío enorme. Creo que el sector primario sigue siendo importante, pero tenemos que diversificarlo y esto debe estar dentro de una gran discusión, que hace a la matriz productiva y a la matriz tributaria. Tenemos una presión tributaria baja y tenemos que ir pensando cómo vamos a satisfacer y cómo vamos a distribuir también la obligación de manera más equitativa.
Si bien el sector servicios representar el 40% del PIB, hubo ya una diversificación que debemos profundizar a través de la elaboración de los incentivos correctos para que estos mecanismos funcionen. Una parte importante de la diversificación se dio en el sector de la construcción. Hoy nos salvó el sector primario, el sector de la construcción y el sector eléctrico, pero habrá un impacto importante en el sector servicios, no todo es color de rosa.
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- ¿Cuál es su visión de la economía del Paraguay a futuro?
Paraguay tiene todo para salir adelante de este problema. El camino es claro. Nosotros hemos tomado el desafío de una reforma estructural a través de la mejora en la calidad del gasto. Creo que si hacemos eso y seguimos trabajando de manera responsable, porque lo que se logró en este tiempo, una responsabilidad fiscal y una reforma monetaria, un pacto importante en la inversión de obras públicas, son bienes que hay que mantener.
Nos faltan los indicadores de eficiencia, efectividad, responsabilidad y transparencia. Paraguay está condenado a seguir estando bien. En esta situación de dificultad tiene todo el espacio. Si llega una segunda ola de la pandemia vamos a estar preparados para generar el financiamiento necesario para hacerle frente. Tenemos espacio para mejorar la calidad del gasto, para financiar este desafío. La matriz tributaria una vez resuelto el problema del gasto se llegará a hablar de un pacto social tributario para financiar todo lo que puede costar la pandemia.
- ¿Se considera usted un incomprendido?
No, yo no me siento incomprendido, yo creo que es la función del ministro de Hacienda. No conozco un ministro de Hacienda que sea comprendido. Administrar escasos recursos y recaudar del lado del sector privado y poner límites en cuanto a los gastos no es una tarea que generalmente se comprenda. Se comprende después seguramente. El tiempo valorará si se hizo bien o no. Vamos a estar pendientes del juzgamiento de la historia.
Todos somos humanos, por tanto falibles; seguramente me he equivocado millón de veces, pero siempre pensando que lo que hacemos es para el bien del país y a su gente.
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