Cuando se tiene planeado un presupuesto destinado al almuerzo escolar de US$ 100 millones, surge la propuesta del Pytyvõ Escolar de la mano del diputado Carlos Rejala, lo que estaría incomodando al negocio de este programa. Ante el jaque que produce a un gran porcentaje de empresarios del rubro, el legislador advirtió que continuará insistiendo.
Así aprovechó para hacer su descargo en su cuenta de Twitter contra los empresarios dedicados al rubro del almuerzo escolar, para advertirles que no le intenten comprar a través de lobbies en el Congreso Nacional y así evitar que avance el proyecto.
“Empresarios del almuerzo escolar que juegan con la dignidad de nuestros niños y niñas, ¿con esa mentalidad corrupta piensan que me van a poder comprar? Ni se les ocurra luego venir a querer hacer lobby. El #pytyvoescolar va a ser ley. Se terminó el negocio! NO TENGO PRECIO!”, escribió.
Lea más: Pytyvõ escolar: diputado plantea distribuir el dinero del almuerzo directo a las familias
Además, continúo diciendo que no le compraron “en el juicio político del acta entreguista, no me compraron con las compras COVID, no me compraron con la denuncia en Dinac y Petropar, no me compraron en muchas votaciones. A la gran pistola. Aprendan de una vez que no tengo precio”, exclamó.
Por último, manifestó una expresión de deseo diciendo que algún día el paraguayo se va a tener que levantar contra todos los delincuentes "que viven cagándose de risa en sus narices. No hay que tener miedo de enfrentar a corruptos. Algún día el Paraguay tiene que ser libre de ladrones y delincuentes”, concluyó.
Pytyvõ Escolar
El proyecto en cuestión sería el que lleva como denominación Pytyvõ Escolar, que pretende modificar el actual sistema de merienda escolar, el cual depende de las empresas proveedoras encargadas de preparar los alimentos para los alumnos. La alternativa sugerida tiene que ver con un sistema de entrega de dinero en efectivo a las familias de los niños escolarizados en instituciones públicas.
Te puede interesar: Emotiva charla entre el premier israelí Benjamín Netanyahu y Horacio Cartes