El encargado de Negocios de los Estados Unidos en Paraguay, Joe Zalazar, extendió sus felicitaciones al gobierno del presidente Mario Abdo Benítez tras incautar más de 2.331 kilos de cocaína, a través de un operativo realizado en el puerto Terport de la ciudad de Villeta, en el que resultó detenido Cristian Turrini, exdirector de la TV Pública.
A través de su cuenta personal de Twitter, el funcionario de los EEUU manifestó lo siguiente: “Felicitamos a los funcionarios y a las instituciones del gobierno de Paraguay por la incautación récord de cocaína de esta semana. Estos éxitos demuestran el buen trabajo por un Paraguay y una región más segura para todos”.
“El crimen organizado permea y destruye muchas instituciones”
Al respecto, Abdo Benítez reiteró su respaldo al equipo de funcionarios que trabajan en la incautación del cargamento, hecho considerado como un histórico golpe al narcotráfico y reiteró el compromiso de su gobierno en el combate al crimen organizado.
“Nuestro apoyo a todos los organismos de seguridad que hicieron una gran incautación, ya teníamos el récord nosotros el año pasado, pero ahora rompimos nuestro propio récord de incautación de cocaína. Es un compromiso desde el día uno y eso se ve en los números. El crimen organizado permea y destruye muchas instituciones. Paraguay es noticia hoy en el mundo justamente por su compromiso en la lucha contra el crimen organizado, es un fuerte golpe y vamos a seguir trabajando”, dijo.
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Harris versus Trump: “Es una puja histórica en cuanto a lo empatada que está”, dice Castaing
El analista político Mario Paz Castaing aseguró que este martes se desarrollarán unas reñidas elecciones entre la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, y el republicano Donald Trump, quien busca su reelección a la presidencia de los Estados Unidos. Agregó que los comicios se realizan en medio de una fuerte y agudizada polarización.
“Llegó finalmente el super martes para terminar con los comicios que se iniciaron hace varias semanas con más de 76.000 millones de votos ya emitidos por correo o en forma presencial. Se espera que hoy haya una participación importante”, dijo en una entrevista con el programa “Así son las cosas” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Castaing acotó: “Esto es una puja histórica en cuanto a lo pareja y empatada que está según las encuestas y hasta las propias casas de apuestas que mantenían una leve ventaja a favor de Donald Trump, pero aparentemente esta ventaja quedó más pequeña. La moneda ya está en el aire”.
En cuanto al desempeño de Harris, quien tomó la posta en julio pasado tras la declinación del saliente mandatario Joe Biden, quien tiró la toalla en su intento por conseguir un segundo mandato, Castaing afirmó que “Harris supone la continuidad de un modelo. A pesar de los esfuerzos que ha hecho el Partido Demócrata tuvo una campaña muy acerosa, accidentada, pero la remontó y vamos a ver hasta dónde llegará, si producirá el efecto de llevar a la Casa Blanca a la primera mujer en la historia de los Estados Unidos”.
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Biden, de 81 años, había tomado la decisión de declinar su candidatura presidencial después de semanas de especulaciones sobre su capacidad física y su agilidad mental para encarar unas elecciones, sumiendo en ese momento al Partido Demócrata en la incertidumbre.
Sudamérica no figura en la agenda de candidatos
Por otro lado, Castaing manifestó que América del Sur en general no aparece en la agenda prioritaria de los Estados Unidos en ninguna de las dos campañas o candidaturas. “Si vamos a mirar estrictamente, hasta ahora la política de Estados Unidos hacia la región fue mirando sus propios intereses afectados por el crimen organizado y la presencia de China que tuvo un avance muy significativo en Argentina, Brasil, Uruguay”.
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Harris versus Trump: EE. UU. elige hoy a un nuevo presidente en reñidas elecciones
Estados Unidos bajó el martes el telón de la campaña para unas elecciones presidenciales extremadamente reñidas entre Donald Trump y Kamala Harris que tienen al mundo en ascuas. “Estas podrían ser unas de las elecciones más reñidas de la historia. Cada voto cuenta”, afirmó la vicepresidenta demócrata en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, un estado clave en los comicios.
“Tenemos una oportunidad en estas elecciones de finalmente pasar página a una década de política guiada por el miedo y la división. Estamos hartos”, dijo sin mencionar a su rival y expresidente republicano. Si gana será una presidenta para todos los estadounidenses, prometió Harris, quien elogió a los “republicanos que nunca han votado a un demócrata, pero que anteponen la Constitución de Estados Unidos a su partido”.
La exsenadora de 60 años intenta captar el voto de los republicanos independientes desencantados con Trump o en desacuerdo con su retórica. Cerró la campaña a lo grande, rodeada de artistas como Lady Gaga.
“Durante más de la mitad de la vida de este país las mujeres no tuvieron voz”, pero ahora “participarán en la toma” de decisión, afirmó, en un momento en que se cree que el voto femenino será crucial en estos comicios. La superestrella Taylor Swift, que apoya a Harris, envió a sus 283 millones de seguidores un “importantísimo recordatorio” para que voten.
“Cimas de gloria”
Trump cerró su campaña con cierta nostalgia en Míchigan, otro estado clave, uno de los siete en los que los candidatos suelen ganar por la mínima. “Con vuestro voto mañana, podemos arreglar todos y cada uno de los problemas a los que se enfrenta nuestro país y llevar a Estados Unidos -de hecho, al mundo- a nuevas cimas de gloria”, dijo Trump ante una multitud en Grand Rapids, donde prometió una “edad de oro”.
Despotricó, como acostumbra, contra la migración ilegal. Horas antes había prometido que, en caso de victoria, llevará a cabo “el mayor programa de deportación de criminales”. “Estados Unidos es ahora un país ocupado, pero pronto dejará de serlo. El 5 de noviembre de 2024 será el Día de la Liberación”, añadió.
Pero precisó que “si la gente quiere entrar, pueden hacerlo legalmente” a través de un proceso. En sus últimos mítines amenazó a México y China con aranceles del 25 %. Al primero si no frena la “embestida” de “criminales” y “drogas”, y al segundo porque, según él, envía fentanilo a través del país latinoamericano.
Ambos candidatos aprovecharon las últimas horas para intentar desempatar las encuestas en unos comicios en los que más de 80 millones de personas ya han votado por anticipado. Nunca hasta ahora Estados Unidos había tenido que elegir entre dos candidatos tan distanciados entre sí.
En busca de un segundo mandato, que lo convertiría en el primer presidente convicto, Trump confió en una retórica antimigrantes, con una campaña que no ha escatimado en golpes, incluso contra sus rivales, a los que tacha de “enemigo interno”. “Tenemos a gente increíble en este país (...), no podemos dejar que estos salvajes vengan de otros países”, afirmó en Pensilvania.
En esta campaña llena de sobresaltos, incluidos dos intentos de asesinato contra Trump y el abandono de la candidatura por parte del presidente Joe Biden, Harris hizo una entrada en escena tardía. La exfiscal espera que la defensa del derecho al aborto le abra las puertas de la presidencia.
Miedo al caos
El republicano agitó el fantasma del fraude electoral una vez más, lo que hace temer que no reconozca el resultado si pierde, como ocurrió en 2020 tras ser derrotado por Biden. “Hacen trampa, lo hacen, lo hacen muy bien”, insistió en el cierre de campaña.
El equipo de Harris prevé que el republicano se declare ganador antes de tiempo y advierte que el escrutinio de la totalidad de los votos llevará “varios días”. Preocupa la seguridad de las personas que trabajarán en los centros de votación.
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Algunos funcionarios electorales recibieron botones de pánico para alertar rápidamente a las autoridades en caso de emergencia. Ambos candidatos han contado con apoyos excepcionales para la campaña. Trump con el hombre más rico del mundo, Elon Musk, y sus polémicos sorteos de un millón de dólares diarios a votantes registrados. Y Harris con el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle.
Biden se ha prodigado poco desde un desliz en el que se refirió a los partidarios de Trump como “basura”. La comunidad internacional sigue con nerviosismo las elecciones en la superpotencia mundial, en particular por sus repercusiones en Oriente Medio y la guerra en Ucrania, pero también por los efectos comerciales de las promesas proteccionistas en China o México.
Fuente: AFP
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Se repite el mismo día cada cuatro años
- POR JUAN CARLOS DOS SANTOS G.
- juancarlos.dossantos@nacionmedia.com
Hoy es el día de elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Llegó el momento de elegir a la persona más poderosa del planeta por al menos cuatro años. El nuevo presidente asumirá el 20 de enero de 2025 y hasta ese día, si el destino no dice otra cosa, Joe Biden regirá aún al gran país del norte.
El candidato demócrata, quien en 2020 obtuvo una victoria hasta hoy cuestionada por algunos sectores afines el Partido Republicano, no tuvo más remedio que ceder su candidatura a su vicepresidente Kamala Harris. No se sabe si por estrategia o por las condiciones de salud con la que llegaría hasta esta instancia o peor aún, lo que le depararía en caso que continuar en campaña y lograr hoy una hipotética victoria.
La decisión de los demócratas (algunos dicen que fue Barack Obama quien influyó) dio otra oportunidad al partido en el Gobierno porque, de lo contrario, los comicios de hoy hubiesen sido un trámite para Trump por como venían las mediciones y las tendencias.
Biden permanecerá en el cargo con más sombras que luces. Bajo su periodo presidencial se produjo el desastre de la retirada norteamericana de Afganistán, Putin tomó valor y mandó al ejercito ruso a invadir Ucrania y el Medio Oriente, donde los actores están fumando sentados sobre un barril de pólvora, alguien encendió la mecha que por momentos se apaga, pero solo para encenderse y tomar fuerza.
No se puede desconocer que Biden apoyó a Israel en su lucha contra el terrorismo radical islámico, ese que amenaza también a Occidente sin que nos podamos percatar y que cuando lo hagamos ya será tarde. Tampoco se puede desconocer el apoyo a Ucrania tras la invasión rusa. En ambos casos, con cierta reticencia y no en la manera que se esperaba.
Las decisiones de la actual administración de alguna manera favoreció a quienes lo ven como un gobierno débil. Los chinos, rusos, iraníes, norcoreanos y todo el radicalismo oculto detrás de un falso progresismo han sido parte de este grupo.
China ha aumentado de manera gradual y uniforme su influencia en varios lugares del mundo, incluso aquellos donde antes eran considerados “patio trasero” de Washington, hoy son sitios donde China desarrolla una puntada más de su Ruta de la Seda y el puerto peruano de Chankai es uno de ellos.
Nunca antes habían amenazado tan abiertamente a Taiwán. Nunca antes ni Hamás, ni Hezbolá, ni los iraníes se habían atrevido a atacar directamente a Israel en su propio territorio.
Nunca antes los hutíes, que controlan Yemen, se habían atrevido a atacar al tráfico marítimo comercial, lanzando piratas y drones cargados de explosivos contra ellos. Los hutíes tomaron valor y atacaron a Emiratos Árabes Unidos en 2021 y desde el 7 de octubre de 2023 también a Israel.
Tampoco nunca antes los norcoreanos se habían atrevido a salir de su hermetismo y hoy, pese a los descomunales problemas logísticos y de comunicación con los rusos, sus soldados están a punto de luchar contra Ucrania, el protegido de la OTAN.
Bajo esta administración demócrata, Maduro ha desafiado nuevamente a la comunidad internacional, pero como nunca antes, se robó las elecciones en Venezuela ante la candidez del mundo que se desangra en comunicados estériles y situaciones absurdas.
No sabremos si hubiese sido diferente en caso de haber triunfado Trump en 2020, pero lo que sí sabemos es que el mundo ha convulsionado por conflictos en muy poco tiempo (cuatro años).
Tampoco sabemos si un victorioso Trump será el mismo que manejó al país entre 2016 y 2020 o si Kamala Harris, de ganar, será una extensión de la línea de Biden o traerá algo diferente.
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Cinco temas cruciales que están en juego con las elecciones en EE. UU.
Kamala Harris y Donald Trump apuran sus últimas horas de campaña este lunes en el estado de Pensilvania, en el último día de unas elecciones muy reñidas que tienen en ascuas al mundo. La vicepresidenta demócrata y su rival, el expresidente republicano, pelean por los estadounidenses indecisos para desempatar las encuestas. Pero los sondeos pueden ser engañosos, especialmente en Estados Unidos donde no cuenta el voto popular para ganar las elecciones sino los del Colegio electoral.
Cada estado tiene un número de delegados o compromisarios proporcional al tamaño de la población y hacen falta 270 sobre un total de 538 para hacerse con la presidencia. Por eso se centran en los siete estados claves en los que ningún partido tiene el voto asegurado. Pensilvania es posiblemente el más importante de ellos, con nada menos que 19 votos electorales. Todo parece oponer a los dos candidatos para la elección presidencial del 5 de noviembre, desde los impuestos hasta el aborto. ¿Pero, qué está en juego en términos políticos en esta campaña descrita como histórica?
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Economía
Después de tres años de una fuerte inflación, el poder de compra es un tema de preocupación para muchos estadounidenses. Donald Trump, que en su gestión redujo los impuestos a los más ricos y a las empresas, prometió elevar los aranceles a más del 10% en todas las importaciones, lo que, según él, le permitirá financiar una amplia reducción de impuestos. El candidato republicano también se comprometió a hacer de Estados Unidos “la capital mundial del bitcoin y las criptomonedas”.
De su lado, la demócrata Kamala Harris se presentó como la candidata de la clase media y quiere crear una “economía de posibilidades”. Aunque ha asumido algunos de los compromisos de Joe Biden sobre los impuestos a las grandes fortunas, también los ha moderado. Harris promete desgravaciones fiscales por el nacimiento de un hijo, ayudas para dar acceso a la vivienda e incentivos a la creación de empresas.
Inmigración
Para Trump es prioritaria la situación en la frontera con México. Y también es un tema sensible en la campaña, cuando se ha registrado un pico de ingresos ilegales durante la administración de Biden. El republicano, que en su campaña de 2016 prometió construir un muro a lo largo de la frontera, ha ido más lejos esta vez, al plantear la mayor operación de expulsión de migrantes ilegales de la historia de Estados Unidos.
Su retórica xenófoba y deshumanizante sobre los migrantes se repite en sus discursos. Ha usado términos como “invasión”, “hordas” y “el envenenamiento de la sangre estadounidense”. A la defensiva sobre el asunto, Harris ofrece aplicar una política dura. Considera que las personas que ingresan al país de forma ilegal tienen que enfrentar “consecuencias”. También respaldó un proyecto de Biden de invertir en barreras físicas en las fronteras.
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Aborto
El derecho al aborto podría motivar a más estadounidenses tradicionalmente menos politizados a acudir a las urnas, en particular a las mujeres, lo que podría favorecer a los demócratas, porque en paralelo a las presidenciales se celebrarán referendos sobre el tema en diez estados. Es la primera elección presidencial desde que la Corte Suprema, en la que Trump nombró nuevos jueces, revirtió en junio de 2022 la protección federal al aborto, al revocar la sentencia “Roe contra Wade”, que desde 1973 garantizaba el derecho al aborto a las estadounidenses.
Harris hizo de este un tema fundamental en su campaña y responsabiliza a su rival de la situación actual, que describe como “horrible y desgarradora”. La demócrata quiere una ley federal que reanude las disposiciones de la sentencia “Roe contra Wade”. Trump vacila sobre el tema. El expresidente defiende haber dejado el asunto en manos de los estados gracias a la decisión de la Corte Suprema, pero considera que algunos “fueron demasiado lejos”. Según el candidato, su administración será “excelente para las mujeres, pero ha dejado entender que podría usar su poder como presidente para limitar el acceso a los medicamentos para abortar.
Relaciones internacionales
Con una campaña desarrollada en un contexto de guerras en Oriente Medio y en Ucrania, la postura de ambos candidatos está bajo el escrutinio de ciertos grupos de votantes. El republicano, que cree que Estados Unidos nunca fue tan poco respetado en el mundo, asegura que resolverá estos conflicto sin demora, pero nunca explica cómo.
Trump también ha criticado el enorme financiamiento de Washington a Kiev desde 2022. A la inversa, Harris prometió que se mantendrá “firmemente del lado de Ucrania” y que no será “amiga de dictadores”, contrariamente a su rival. Aunque ambos expresan su apoyo al “derecho a la defensa” de Israel, la vicepresidenta intentó equilibrar su discurso insistiendo en el sufrimiento de los palestinos.
Clima
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases efecto invernadero en el mundo después de China, pero el tema casi no ha sido abordado por los candidatos, que tienen visiones completamente opuestas. Trump es un escéptico del cambio climático y quiere eliminar las subvenciones a las energías renovables y los autos eléctricos, que, en su opinión, perjudican a las empresas. También ha prometido “perforar a toda costa” y prevé salir de nuevo del Acuerdo de París.
Harris, en cambio, esta comprometida a “continuar y desarrollar el liderazgo internacional de Estados Unidos sobre el clima” y ha respaldado gran parte del plan de transición energética de Biden. Como senadora por el estado de California apoyó el “Nuevo Pacto Verde”, una resolución que busca reducir drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero.
Fuente: AFP.