La primera ficha de cambio del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, la utilizó para nombrar al nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Federico González, quien fue el encargado de liderar los trabajos de coordinación en la lucha contra el COVID-19 y una pieza fiel que trancó el “Acta bilateral” de Itaipú.
La designación no se dio por sorpresa, atendiendo a que ya se venía esperando que González, quien se desempeñaba como asesor de Asuntos Internacionales, ocupe la titularidad de la Cancillería Nacional, en lugar de Antonio Rivas Palacios, encaminándose como misión principal la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú.
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González es funcionario de carrera de la Cancillería Nacional y cuenta con 34 años en la administración pública. Se destacó en estos últimos meses en el liderazgo del Consejo de Defensa Nacional (Codena), encargado de todo lo que implicó el regreso de connacionales.
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Anulación del acta
Su papel dentro de la firma del “Acta bilateral” se destaca; la misma implicaba un perjuicio económico y pérdida de la soberanía con Brasil en el marco de la contratación de potencia de Itaipú, pero dicha firma no prosperó debido a la participación del ahora canciller. González fue el canal para informar al presidente de todo lo que implicaba la firma de ese documento, confesó el expresidente de la Ande, Pedro Ferreira.
Al principio la instrucción era de acompañar la firma, pero al enterarse de las implicancias de la misma, González se encargó de evitarla, según Ferreira; ya que “el Acta bilateral se firmó el 24 de mayo del 2019 y él aparece en la escena el 3 de julio del mismo año, cuando fue nombrado como representante del Ministerio de Relaciones Exteriores”, recordaba en declaraciones.
Además, al darse por enterado de que no se contaba con la firma del representante de la Ande, cuestionó la validez del documento.
Causa nacional
La prioridad absoluta dentro de su nuevo cargo en la Cancillería será la renegociación de Itaipú con el Brasil, que se espera para el 2023. “Es una causa nacional”, expresaba minutos después de su juramento.
“Partiendo de la base de la importancia fundamental de la defensa de la soberanía energética y la libre disponibilidad de nuestra energía para llegar a terceros mercados, se está trabajando en los diferentes escenarios, para construir la estrategia que vaya a aplicarse en este proceso con las autoridades brasileñas”, mencionaba González.
Ante el compromiso y la relevancia del asunto más que diplomático, el canciller nacional reconoce que en el acuerdo se debe “encontrar el punto de equilibrio entre la pasión y la razón, entre lo ideal, lo real y lo posible”.
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