Los grupos criminales armados en Latinoamérica y en el mundo manejan como una conducta y práctica natural el reclutamiento de menores de edad, a lo que el exministro del Interior, durante el periodo 2004-2005, y de Defensa, en los años 2007 al 2008, Nelson Mora, lo considera como conducta prohibida y perversa.
Dentro de este contexto recordó que dentro de la democracia y el marco de Estado de derecho “se pretende el poder a partir de las reglas normalizadas que manejan a una sociedad, no a partir de una lucha contra el poder legal a partir de las armas, eso no está permitido, más allá de que admitamos que hay un Estado injusto y perverso por la corrupción, pero la lucha debe de ser en el marco legal”, expresó en contacto con La Nación.
Además, agregó que prácticas como estas no se deben permitir. “Espero que sea el comienzo de un final que debe darse por conciencia y respeto a niños por la misma sociedad paraguaya, no podemos permitir. Tampoco hay que tener misericordia y echar lágrimas, cuando uno está en una parte debe asumir consecuencias”, sostuvo.
Dentro del marco legal explicó que este tipo de prácticas puestas en marcha por los criminales “están prohibidas por la normativa internacional, la que proviene de Naciones Unidas, el estatuto de la Corte Penal Internacional, conocida como la Corte de Roma, en la cual está previsto como hecho que afecta el orden jurídico de un país y en particular a los derechos humanos”.
Mora hizo mención a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que asumieron como actitud normal el reclutamiento de menores de edad y últimamente a mujeres, “pasaron a ser escuelas combatientes y de acuerdo a la experiencia de quienes participaron, las más sanguinarias se dieron con mujeres combatientes que tenían un comienzo temprano en la militancia”, dijo el exdiplomático, teniendo en cuenta su experiencia en Colombia y en Egipto.
En Paraguay describe esta costumbre como más reciente, no como en Colombia o aquellos grupos terroristas del medio oriente. Aunque considera que se debe admitir de una vez por todas que hay una población perversa más allá de lo grave que es asumir condiciones de esta naturaleza.
“Lo mismo hacen en otros países para lograr que la población se indigne”
En tanto, el vocero de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), Tte. Cnel. Luis Apesteguia, manifestó que estas actuaciones son constantes en todos los grupos de este tipo, refiriéndose a los demás países que también sobrellevan esta situación con el crimen organizado. “Lo mismo hacen en otros países para lograr que parte de la población se indigne”, explicó a La Nación.
“Seguiremos trabajando, sabemos que el grupo criminal EPP tiene menores en sus filas, pero eso no va a hacer que paremos, son combatientes, son criminales, están obligados por sus padres o mayores del grupo, están doctrinados y lo utilizan de esta forma, es un acto criminal más”, explicó.
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Aunque mencionó que “últimamente a este grupo y a los otros le está siendo difícil reclutar porque pierden el apoyo popular que tenían, por eso también migraron a otro sector, salieron de su zona”. Ahora se manejan en Concepción y Amambay, dijo Apesteguia.
Ante la negativa que reciben de parte de la población, también se ven obligados a reclutar a sus hijos para mantenerse, “no han crecido ni han podido desarrollarse, según el manual que manejan debían lograr el levantamiento popular y la liberación de gran parte del Paraguay, pero están lejos de eso”, finalizó.
Otros menores reclutados
No es la primera vez que se encuentran a menores en filas de agrupaciones criminales. A.F.L., con apenas 15 años, murió en un enfrentamiento el 19 de setiembre del 2014 en Arroyito. También está el caso del hijo de Alejandro Ramos, quien fue reclutado en el 2013 con apenas 15 años y formó parte del secuestro de Félix Urbieta, él es Antonio Ramos.
Otro joven abatido en poder de los criminales fue Bernardo “Coco” Bernal Maíz, responsable del secuestro de Fidel Zavala cuando tenía 16 años y del asesinato de su propia tía Eusebia Maíz. Ingresó al grupo criminal de mano de su hermano Antonio Bernal.
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